Despilfarro obsceno, el Gobernador se quedó el año pasado con más de $ 83 millones e gastos reservados, dinero del que no le rinde cuenta a nadie y que usa a discreción. La enorme diferencia entre lo que "ganó" Alberto si se lo compara con un docente, el caso se acentúa aún más en los planes sociales.
Si alguien fomentó la desigualdad social e incrementó la brecha entre los que más tienen y los que menos perciben fue el propio Gobernador de San Luis. Una vez más consiguió hacerse de una verdadera fortuna al utilizar la suma de $ 230 mil por día en concepto de "gastos reservados", el acumulado en 2017 arrojó que Alberto usó $ 83.754.872, dinero de todos los sanluiseños que fue a parar a las arcas de la dinastía gobernante.
En el mismo periodo en el que el mandatario tenía gastos exorbitantes un docente de la provincia, con un salario promedio de $ 22 mil, se conformó con $ 633 por día. El contraste es aún más grosero en la comparación con los planes sociales, en ese caso los beneficiarios recibieron $ 250 por día.
El año anterior, también había excedido en estos gastos, arribando en 2016 a una erogación de $ 36.102.608. Pero este año (2017) el crecimiento de los gastos reservados fue exponencial, se incrementó en 132% .Lejos, extremadamente lejos del promedio de crecimiento de los gastos y de los recursos.
A pesar de que la cuenta del ejercicio dio un resultado deficitario de $ 845.736.268; el Gobernado no recortó sus gastos reservados y se dio varios gustos personales a costa del esfuerzo de los habitantes de la provincia.