El Presidente abre el juego tras cerrar la toma de decisiones a los PRO puro. El primer golpe al liderazgo de Marcos Peña.
Una mesa chica que se abre ante la crisis. El presidente Mauricio Macri decidió sumar a dirigentes de Cambiemos a la toma de decisiones, después de lo que fueron los días más difíciles del Gobierno por la corrida del dólar y el pedido de ayuda al FMI. La crisis destapó reclamos, pedidos y dejó en evidencia los errores que tomó el hombre más poderoso del gabinete, que hasta el momento mantenía un aura de infalibilidad: Marcos Peña.
A las habituales rondas junto al jefe de Ministros, la gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, y el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, ahora se sumarán dirigentes de Cambiemos con pasado peronista y radicales que habían perdido espacio por decisión propia o ajena.
Uno por uno, quiénes son:
Rogelio Frigerio. El ministro del Interior se encarga del vínculo con los gobernadores y del manejo de la obra pública, clave en la gestión de Mauricio Macri. En el último tiempo empezó a ser desplazado. Durante 2017, se rumoreó con la llegada de Jorge Macri a Casa Rosada para manejar la Secretaría de Municipios, lo que generó cortocircuitos entre el primo del presidente y Frigerio.
Días atrás, el ministro se metió en la polémica entre Elisa Carrió y Jaime Durán Barba y bancó a la líder de la Coalición Cívica: "No lo veo en la gestión", dijo el funcionario sobre el asesor presidencial. Ahora Frigerio tendrá mayor poder para sentarse de igual a igual frente a los PRO puros. Emilio Monzó. Presidente de la Cámara de Diputados, llegó a Cambiemos de la mano de Fernando Niembro, después de trabajar con Daniel Scioli y Francisco De Narváez. Fue uno de los artífices del triunfo electoral en 2015, sobre todo en terreno bonaerense, pero su estrella comenzó a decaer cuando planteó críticas públicas a la conducción del gobierno. Fue desplazado por Marcos Peña y Vidal, que no quería tenerlo cerca en la provincia de Buenos Aires. Intentó, sin éxito, atraer peronistas a la gestión, algo que rechazó de plano Durán Barba. Se mostró enojado por la forma que tuvo el gobierno de manejar los cambios en los haberes jubilatorios en diciembre, ya que quedó expuesto a los gritos y casi golpes con diputados del FPV. Cada vez más relegado, terminó solo encargándose del qórum. En las últimas semanas le avisó a Macri que no renovaría su cargo en 2019 y el PJ le dijo que tenía "las puertas abiertas". El tiempo le dio la razón y fue el gran ganador de estas jornadas. Ernesto Sanz. El dirigente de la UCR fue uno de los responsables del armado de Cambiemos. Cuando el radicalismo se barajaba entre Massa y Macri, torció la voluntad del partido. Llamativamente, por cuestiones personales, se alejó del poder ni bien asumió Mauricio Macri y se recluyó en Mendoza. Según apuntó Clarín, este martes se reunió con el presidente del partido, Alfredo Cornejo y sellaron su regreso, previa consulta al Presidente. Es una llegada esperada por el radicalismo, que quedó afuera de la toma de decisiones desde el minuto 0, sobre todo durante la gestión de José Corral como presidente del espacio. Fernando Sánchez. Si bien Elisa Carrió no necesita de ningún interlocutor, el secretario de Fortalecimiento Institucional de la Nación es de su máxima confianza y comenzará a tener un lugar en las discusiones por el futuro de la gestión.