Juan Gabriel Agüero tiene todos los huesos de la cara rotos, cayó en un pozo sin señalizar junto a su pequeña hija de 7 años. Debe ser intervenido y el Gobierno lo dejó desamparado al igual que la empresa que lleva adelante la obra.
El pasado lunes 5 Juan Gabriel salió hacia la casa de un familiar, iba acompañado por su pequeña hija Candela. Mientras transitaban, en bicicleta, por la vereda de la calle Catamarca cayeron dentro de un pozo sin señalizar. El hombre de 32 años solo atinó a proteger a a la niña abrazándola por lo que impactó plenamente con el rostro.
Agüero tiene todos los huesos de la cara rotos, "es como que se le desprendió la cara del resto del cráneo", explicó su mujer Ailín Spinello. La hija del matrimonio también sufrió heridas de consideración ya que este miércoles deberá ser evaluada por un cirujano para una posible operación de mandíbula, "tiene un desplazamiento y dientes rotos", agregó la madre.
Desde ese fatídico día padre e hija son víctimas de la desidia del gobierno que contrató a la empresa Rados Construcciones para una de las obras en el Parque, la constructora dejó el pozo sin señalizar y se hace responsable del caso a cuentagotas. Por el lado del máximo responsable, la administración de Rodríguez Saá, nunca se comunicaron con la familia, es más, Juan Gabriel espera una prótesis para su operación que nunca llega y el área del servicio social del hospital lo único que les propone es la iniciación de un expediente.
Foto: Gentileza La Gaceta Digital