Al tiempo que miles de personas reclaman trabajo o el cumplimiento de promesas de becas o planes sociales, se conoció en Twitter una imagen del Gobernador en Roma.
Los vídeos de personas agolpadas en la puerta de ingreso de la ex Colonia Hogar pidiendo trabajo o reclamando por las promesas incumplidas en la campaña recorrieron el país, fueron publicados en los últimos días por medios periodísticos independientes y por tal motivo castigados en el acceso a la información pública o la publicidad oficial que debería ser equitativa. Esas imágenes generan un fuerte contraste que es la síntesis de la realidad provincial: dos hermanos que someten a una sociedad con necesidades básicas insatisfechas y que disfrutan de una vida de lujo.
Las caras de madres, padres e hijos que no pudieron ingresar al edificio donde funciona el Ministerio de Desarrollo Social es muy diferente a la imagen del Gobernador desayunando en Roma junto a su secretaria privada.
Sin dar explicaciones de sus salidas fuera de la provincia o del país, con gastos reservados que ascienden a la suma diaria de $ 70 mil, Alberto y Adolfo muestran su macabro plan, exhibe su poder y lujo al tiempo que la mayoría de los desocupados de la provincia deben conformarse con planes de $ 7500 mensuales, dinero que Alberto gasta precisamente en el desayuno, lo mismo que su hermano que emprendió un viaje de descanso.
Que Alberto esté en Roma disfrutando de los placeres de la vieja ciudad europea no es casualidad, precisamente allí los Césares, emperadores que gozaban de un poder absoluto, sometían al pueblo y hacían alarde de su posición de dominio.
Este tipo de conductas forman parte del manual de estilo de los hermanos Rodríguez Saá, aquella forma de gobernar que no está escrita pero que se repite sistemáticamente por largos 35 años, clientelismo, amenazas y ostentación.