Rodríguez Saá se negó sistemáticamente a recibir al Presidente, no quiso ir a la inauguración ni tampoco al acto con los jubilados. Hasta último momento, desde el Ministerio de Interior, insistieron en contar con la presencia del Gobernador.
Desde que Alberto se enteró de la visita institucional del Presidente a la ciudad de San Luis tuvo en mente un objetivo claro y lo llevó adelante, no ir a recibir a Macri ni participar de ninguna actividad oficial.
La estrategia clara de Rodríguez Saá pasó por demostrarle al Presidente su pésima predisposición al diálogo y a guardar las buenas formas. No se trataba de una visita más, el propio Enrique Ponce, intendente de la ciudad anfitriona, le dijo a Macri "en más de 60 años era la primera vez que un Jefe de Estado llega para inaugurar una obra". Un hecho histórico del que Alberto renegó. No resulta ser la primera vez que el Gobernador muestra este tipo de actitudes que chocan de frente con los reclamos sociales que giran en torno a concretar actitudes que sean ejemplificadoras desde las altas esferas del poder.
Por capricho y con la necesidad de trascender más allá de la noticia en si misma, cabe recordar que Alberto tampoco firmó el acta del Bicentenario de la Independencia ni mandó a Tucumán a ningún representante del Ejecutivo provincial. Postura que generó el más amplio rechazo social.
La historia del desaire al Presidente
Confirmada la visita de Macri a San Luis, desde el Ministerio del Interior comenzaron, desde hace ya varios días, a trabajar para concretar el arribo. Se pusieron en contacto en reiteradas oportunidades con las autoridades provinciales a fin de coordinar las actividades presidenciales con la participación del Jefe de Estado provincial y demás autoridades.
Las constantes evasivas de Rodríguez Saá fueron respondidas con mayores acciones a fin de concretar el dialogo institucional y el respeto por las investiduras, algo que está muy lejos de cualquier diferencia política o personal.
Finalmente y minutos antes de que Macri llegara a suelo Puntano, desde el Ministerio del Interior insistieron con la posibilidad de sumar al Gobernador en las actividades, el teléfono sonó en reiteradas oportunidades pero nadie estuvo dispuesto a responder desde el gobierno de Alberto. La historia contará otro capítulo del mandatario que pone por delante sus intereses personales y no los del conjunto de los sanluiseños.