Comenzaron los cimientos de lo que será el estadio, prometieron 1200 puestos de trabajo directos, apenas contamos no más de 17. ¿Nos mintieron para armar una obra faraónica?
Los beneficiarios de la megaobra ya están y son muy pocos, ni siquiera el puñado de obreros que se ve en la foto oficial con la que el Gobierno promociona el inicio de obra. Los verdaderos beneficiados son los empresarios que ganan una y otra vez las licitaciones al mejor estilo Lázaro Báez, ellos reciben las bonanzas de La Pedrera.
Pero para realizar semejante puesta en marcha, Alberto Rodríguez Saá prometió generar 1.200 puestos de trabajo de manera inmediata y con eso pudo solapar las dudas que genera el gasto de $ 2.000 millones. A luz de los acontecimientos una vez más el Gobernador utilizó una cortina de humo para tapar sus verdaderas intenciones, una vez más no le importó que detrás de esa cortina se esfumaran las ilusiones de miles de familias que esperan un trabajo digno.