Se trata de Darío Neira el jefe de la policía cuando raptaron a Guadalupe Lucero, además del femicidio de Magalí Morales y el dudosísimo suicidio en una cárcel del joven Franco Maranguello.
El premio para Neira, el brazo ejecutor de las peores políticas de seguridad de la historia reciente de la Provincia es la Cámara de Diputados para la estrategia de Alberto Rodríguez Saá. La razón de proteger a sus alfiles en la pandemia que incluyó encierro, persecución y muerte es el poder legislativo, no llama para nada la atención que el exgobernador quiera allí , en los primeros lugares de la lista, al ex jefe de policía.
El prontuario de Neira incluye echos dolorosos para la comunidad y el silencio ensordecedor de la justicia que aún hoy no tiene respuestas para casos como el de Guadalupe Belén Lucero Cialone, raptada de la puerta de la casa de su abuela mientras jugaba. La máxima autoridad policial en complicidad con el ministrod e Seguridad Luciano Anastasi y el entonces Gobernador Rodríguez Saá silataron, obstruyeron, entorpecieron y buscaron tapar cualquier pista para encontrar a la niña, a tal punto que nunca la buscaron decididamente.
Neira carga con el peso del femicidio de Magalí Morales, en ´plena restricción de la pandemia. La mujer salió de su casa el 5 de abril de 2020. Apareció muerta en la comisaría del Distrito 25° de Santa Rosa del Conlara. La versión policial indicó que la mujer se había quitado la vida en la celda, pero la segunda autopsia derribó esa hipótesis. Ese segundo análisis del cadáver de Morales realizado por la médica forense Virginia Creimer reveló la "existencia de lesiones premortem" y que "llamativamente" desaparecieron algunos órganos del cadáver. En las primeras versiones los policías mencionaron que había violado el ASPO pero está probado que ingresó por su voluntad a la comisaría porque fue a ver a un conocido.
Para Celeste Morales, hermana de la víctima, "fueron todos partícipes necesarios: policía, fiscalía, el defensor, el juez y el forense también”. La mujer que enfrentó toda esta lucha en soledad se quedó sin trabajo y lamenta la ausencia de funcionarios tanto mendocinos como puntanos. "El gobernador – por Rodríguez Saá -jamás nos recibió", cuestionó.
Neira fue partícipe necesario de la muerte de Franco Maranguello (16), fue encontrado muerto en un calabozo de la comisaría de Atención de la Niñez, Adolescencia y Familia de Villa Mercedes, San Luis, el 24 de abril de 2020.
El adolescente fue levantado de la calle, de la puerta de su casa, por un patrullero bajo el cargo “violar la cuarentena y aislamiento” y llevado a la celda que sería su último destino. En la comisaría, dónde no se sabe que sucedió con exactitud, la policía dilató hasta donde pudo la comunicación de la triste noticia: Franco había muerto. La policía rápidamente señaló que se trataba de un “aparente suicidio”.
El caso Maranguello comprende un hecho nefasto más que ocurrió en la vigencia del “Aislamiento Obligatorio” donde el estado, ya sea por su acción o por su omisión, dejaba morir a la vez que establecía una batalla “en defensa de la salud” en razón de los más crudos momentos de la pandemia de COVID-19.