El Gobernante que pide seriedad, que manda a un periodista a estudiar es el mismo que multiplicó la pobreza y sentenció el futuro de una generación. Enojado y sin rumbo, así fue el contacto de Rodríguez Saá con la prensa después de votar.
"Un cachito de seriedad, nene sé serio, eso no es serio lo que me preguntás”, la frase pertenece a un hombre derrotado que pretende arrastrar en su derrota personal, política e histórica a toda una provincia. La respuesta de Rodríguez Saá a la pregunta de Néstor Miranda, periodista de El Chorrillero, sobre la creación de 53 nuevos cargos en la legislatura era más que oportuna en un contexto de crisis, hambre y desesperación social, para el mandatario la inquietud del profesional carecía de relevancia.
No es nuevo, no llama la atención, es la forma de manejarse durante décadas a espalda de las preguntas que realmente interesan esas que necesitan respuestas urgentes, esas que nunca antes, salvo contados casos, debió enfrentar. "Te contesto con todo respeto, no tengo nada que ver con la designación, lo hizo la Legislatura y está muy bien”, agregó el Gobernador buscando la salida de víctima, siendo el victimario, y reafirmando que él está de acuerdo con la opulenta generación de espacios políticos con salarios de casi $1.000.000.
El cronista insistió en su tarea y solicitó la postura del gobernante sobre la ampliación y refacción del predio en el que se desarrolla la Fiesta de El Caldén, sin sonrojarse y con el peso del 63% de pobreza infantil que debería marcar el rumbo de las prioridades, Rodríguez Saá fue categórico: "Lo están haciendo, me parece bien”.