En 2017 el Gobernador expropió la fábrica, prometió recuperar la producción y no cumplió. Hoy, los 15 trabajadores que quedan cobran $ 27.000 por mes y con eso deben subsistir. Quema de cubiertas y un pedido desesperado para ser escuchados.
La historia es bastante conocida, en enero de 2017 la Cerámica San Lorenzo cerró sus puestas a raíz de las malas políticas económicas y la ausencia de acciones productivas de la provincia. El Gobierno no se preocupó por asistir a la firma y dejó que 200 trabajadores se quedaran sin su fuente laboral. La salida de Rodríguez Saá fue la expropiación y el 31 de mayo de ese mismo año el Gobernador tomó posesión de la fábrica.
Desde ese preciso momento la suerte de los trabajadores quedó a la deriva, les prometieron una cooperativa pero en lugar de eso son conducidos a ser monotributistas.
Hoy apenas 15 trabajadores resisten, sin apoyo, olvidados y desconocidos por el expropiador. Este semana decidieron hacer visible la situación, piden ayuda urgente.
"Me contaron que reciben $ 27.000 de un programa de asistencia del Ministerio de Producción", contó a este medio la Diputada Mónica Becerra quien se acercó al lugar a dialogar con los trabajadores.
"Ahora les ofrecen trabajar a 80 kilómetros de Villa Mercedes, ser monotributistas, muchos tienen deuda, con la promesa de que una empresa compre la fábrica. Están muy angustiados", agregó la legisladora.
Cuando el Gobernador llegó ala planta, en 2017, acompañado de la dirigencia gremial y en un acto de características políticas, aseguró que la expropiación "es un acto de justicia social. Para la provincia, significa hacerse respetar porque el Estado entregaba beneficios (mediante la Promoción Industrial) a los propietarios de la fábrica pero ellos la cerraron”. Hoy el "injusto" vuelve a ser el Gobierno de la Provincia que abandonó a los trabajadores.