Nadie en Terrazas del Portezuelo se animaba a darle al Gobernador la noticia que provocó el sacudón político más violento de las últimas décadas. Una llamada por teléfono, un largo silencio y el protagonista de la historia con paradero desconocido.
Después de más de cinco horas de audiencia donde todo indicaba que el Gobernador lograría imponer a su Vice en el Poder Judicial violando abiertamente la Constitución Provincial, terminó en un escándalo de proporciones histórica que torció el poder de hierro de Rodríguez Saá. "Ya nada volverá a ser lo mismo en su gobierno, hay un antes y un después", confiaron desde el entorno del mandatario sobre la jornada en la que sufrió el golpe público del segundo en la línea de la gobernación.
Cuando Eduardo Gastón Ramón Mones Ruiz anunció que rechazaba la propuesta formulada hace dos meses, los Senadores oficialistas salieron corriendo a comunicar la situación a Terrazas del Portezuelo. Inmediatamente los teléfonos de Alberto Rodríguez Saá Hijo, y de Fabián Filomena, Ministro de Obras Públicas y Ministro de Gobierno, respectivamente, se convirtieron en un hervidero de llamadas y mensajes. La decisión era irreversible y el caos se apoderaba de "los Juniors", así se conoce al grupo que gobierna detrás de Alberto Padre.
En momentos en los que el Vicegobernador sorprendía con la jugada, arrinconado por la presión social y las impugnaciones, los funcionarios más cercanos al Gobernador no se animaban a darle las novedades. Los minutos corrían, las hipótesis sobre la reacción del mandatario paralizaban a los Juniors hasta que determinaron que sería la blonda secretaria del Gobernador la encargada de transmitir lo sucedido.
Fue la mujer quien tomó el teléfono, nerviosa intentó en dos oportunidades ubicar a su jefe, finalmente logró una respuesta a las insistentes llamadas. "Hola, qué pasa?, fueron las primeras palabras de Rodríguez Saá del otro lado de la línea. La secretaria le anunciaría inmediatamente que el Vicegobernador se negó a asumir. A la comunicación le siguieron largos segundos de silencio en los que la mujer podía oír la respiración del Gobernador pero no se animó a solicitar una respuesta hasta que después de un tiempo, que pareció una eternidad, en un gélido tono el mandatario expresó: "Está bien, decile – a Mones Ruiz – que ahora renuncie a la Vicegobernación". Inmediatamente la llamada se interrumpió y la secretaria, inmóvil, miró a los funcionarios de alto rango que esperaban ansiosos directivas claras.
Frente al pedido de Rodríguez Saá fueron innumerables los intentos por localizar a Eduardo Gastón Ramón Mones Ruiz, el hombre más buscado por los funcionarios para hacer efectivo el pedido del Gobernador. Después de 24 horas del anuncio, el Vice no está, nadie puede ubicarlo y el Gobernador espera que le devuelva el cargo que cree pertenecerle.