La mujer oriunda de Mendoza en poco tiempo se quedó con la fortuna del mayor de los Rodríguez Saá, lo aisló del resto de la familia, dirige las sociedades de ambos y es la jefa de campaña de su marido. El diario Todo un País la puso en tapa en la edición de este lunes y desnudó a la mujer más poderosa del clan Rodríguez Saá.
Adolfo Rodríguez Saá ha decidido llegar hasta el final con su candidatura a gobernador, a pesar de los embates del sector interno liderado por su hermano, el gobernador Alberto Rodríguez Saá, la boleta de quien gobernó San Luis entre 1983 y 2001, estará dentro del cuarto oscuro el próximo 16 de junio.
Su decisión personal está sustentada en su jefa de campaña, la mujer que maneja los hilos y la vida del actual senador nacional. Oriunda de Mendoza, en pareja con Adolfo Rodríguez Saá desde el 2003 y esposa desde marzo de 2017, Gisela Vartalitis, se transformó en la persona que guía las decisiones del beneficiario de la pensión presidencial de 270.000 pesos por mes.
Vartalitis no tiene demasiados pruritos al momento de manejar la campaña de su esposo. Con un extenso prontuario judicial en la provincia que la vio nacer, hace denodados intentos por transformar un pasado de negocios pocos claros, en la imagen de la cenicienta que logra que el príncipe le coloque correctamente el zapato.
Hace pocos días llegó a quien tiene registrado el dominio de internet de Todo un País, quien no es responsable de la línea editorial de este Diario ni de lo que aquí se publica, una carta documento intentando censurar la información que hemos publicado y que tiene como protagonista a Vartalitis. No fuimos los únicos, pero es muy bizarro ver el intento de censura llevado adelante por la jefa de campaña de Adolfo Rodríguez Saá bajo la tutela del abogado cordobés, Aníbal Pardini.
En el absurdo de la intimación se pide que sean eliminadas de la versión digital las notas que dan cuenta del modo en que Vartalitis se hizo, en tiempo récord, de $80 millones para su Fundación en plena campaña electoral del 2017. El letrado y su defendida piden que no se publiquen notas que “configuren un ataque a la vida privada o perturben de cualquier modo la intimidad, honor, decoro y buen nombre de las personas”.
Mas allá del absurdo intento de censura para con la prensa, alguien debería informarle a Vartalitis y a su abogado, que los fondos que le tomaron al Estado puntano, son fondos públicos, no es un asunto privado como consigna en su misiva; que lograron cobrar una fortuna en tiempo récord para una fundación que tenía menos de un mes de vida, que los fondos públicos fueron utilizados discrecionalmente en la campaña de su marido, y que a partir de la información periodística divulgada sobre el caso, la justicia Federal se encuentra investigando el tema.
Los últimos días del verano esteño mostraron en toda su dimensión el poder de la esposa de Rodríguez Saá. Hasta la puerta de la mansión que el matrimonio posee en Punta del Este, llegó una de las hijas del matrimonio anterior del senador. Ella intentó convencer a su padre de que desistiera de la aventura electoral. Más allá de que lo apoya en esta aventura, tiene en claro que los negocios familiares con el Estado, se han comenzado a resquebrajar. El temor de perder la exclusividad a la vera de las rutas, la tiene preocupada. La respuesta al pedido, no lo tuvo de boca de su padre, ya que éste le dijo: “hablá con Gisela” y ella le informó que “Adolfo va a ser candidato”.
Hoy la pelea está centrada en el sello partidario. Una lucha judicial por el escudo peronista comenzó a librarse en los tribunales federales. Durante el último mes, una vez finalizada las vacaciones esteñas, cada vez que el sector “Adolfista” se reunió en la sede de Caídos en Malvinas, a su derecha estuvo sentada Gisela Vartalitis, la verdadera jefa de campaña del septuagenario dirigente justicialista, la misma que lo sostiene para llegar hasta el final.
En el hipotético caso que Adolfo Rodríguez Saá pueda acceder por sexta vez a la gobernación puntana, no habrá dudas de quién va a manejar los asuntos de Estado. La misma persona que primero logró distanciarlo de su familia, la misma mujer que lo llevó a enfrentarse sin retorno, por primera vez en 36 años, con sus hermanos Alberto y Zulema Rodríguez Saá.
En el caso de llegar a la gobernación, la provincia no tendrá una primera dama dedicada a su vida personal y a cumplir con las formalidades institucionales. Probablemente quien se dedique a las formalidades institucionales sea Adolfo Rodríguez Saá, mientras ella, se dedicará a gobernar, basta ver el video cuando lanzado el frente político que liderara Adolfo Rodríguez Saá, terminó al canto de “ Gisela” “Gisela” “Gisela”, para saber quién es la verdadera jefa.