El lunes 18 a las 7:30 de la mañana, Noelia Bairros (28) llegó hasta la puerta de la Escuela Nº196 de Colonia Caa Guazú, en plena ruralidad misionera, donde hace ya 3 años da clases. Acababa de caer la primera helada y por eso en lugar de apurarse a entrar, decidió aguantar unos segundos más a la intemperie en uno de los días más fríos del año, girar sobre sus pies y detenerse a mirar el paisaje. Los ojos se le llenaron de blanco. Sacó el celular para guardarse el momento, cuando sin pedir permiso, Axel, de 6 años, entró en el cuadro. Tocó en la pantalla de su teléfono y lo congeló en una imagen que se volvió viral, pero que dice, bien podría haber sido la de cualquier otro alumno.
"Ese día hubo asistencia perfecta, vinieron todos", compartió con Infobae Noelia, tratando de poner en palabras esa escena que para ella es de todos los días y que resume a fin de cuentas lo que la mayoría de los 80 estudiantes -40 de primaria y 40 de secundaria-, hijos de quienes trabajan en las chacras de la zona cultivando, familias muy humildes de Colonia Caa Guazú, pasan todos los días para ir a buscar una oportunidad, un futuro. "Para nosotros es natural ver llegar a los chicos así", dice la docente de 28 años, que sin embargo sintió la necesidad de sacar esa foto: un alumno, que podría ser cualquier alumno, llegando al colegio en medio de la helada.
El que aparece en el centro de la imagen es Axel Yamil Antúnez y tiene nada más que 6 años. Su día empezó cuando todavía no había amanecido en Colonia Caa Guazú y con la mochila a cuestas salió a caminar los 3 kilómetros, a cruzar los dos arroyos, a seguir a pie por la llanura, que lo separan de la escuela en Picada Verde, municipio de Leandro N. Alem, a unos 6 kilómetros de la Ruta 14, a la que asisten también entre jardín, primaria y secundaria, sus otros 7 hermanos. Él, uno de los tres más chicos de la familia, no supo en ese momento de la foto, ni terminó de enterarse de todo lo que vino después.
Fue un compañero de Noelia, Antonio Espíndola, profesor de Ciencias Jurídicas en el nivel secundario de la escuela el que le preguntó esa misma mañana si podía subir la foto a Facebook. Ella le dijo que sí, pero que escribiera un mensaje, algo que hablara un poco -en contraposición a otras noticias que en esos días habían tenido como protagonistas a estudiantes- de los alumnos de las escuelas rurales. Esos con los que ella, dice, elige trabajar desde hace ya 7 años. "Siento que hay mucho ahí, me gusta el desafío de trabajar en esa zona, uno transita el sacrificio del chico", compartió con Infobae. La imagen, anónima, se volvió viral.
Al día siguiente Axel volvió a repetir, como todos los días la escena, sin saber que muchos hablaban de él. El invierno no hace las dificultades más grandes para los alumnos de la Escuela Nº196 en Misiones, solamente las hace diferentes. "En verano los chicos tienen que caminar 3 kilómetros abajo del sol", describe Noelia la foto que es otra, pero la misma. Hay una sola cosa por la que se falta al colegio y es cuando llueve, porque la crecida de los arroyos hace imposible llegar. Ese día van sólo los que viven cerca y contrario a lo que puede pensarse en el imaginario, es una mala noticia para los chicos. "Uno no camina todos esos kilómetros bajo la helada si no es porque en la escuela encuentran contención, cariño, otras cosas".
La foto acumuló comentarios en Facebook, se replicó en Twitter, en grupos de WhatsApp, unos sabían que era de una escuela en Misiones, muchos pensaron que se trataba de algún lugar en el sur del país. A Axel le llegaron comentarios y no terminó de entender el revuelo por su viaje al colegio de todos los días. A su mamá, Ramona Fleitas, se le infló el pecho de orgullo por su hijo "famoso", aunque sea lo que dura el scroll de un timeline, un "compartir", un "me gusta", en el mejor de los casos, lo que se tarda en escribir un comentario al pie de la imagen. Detrás de todo eso la excusa para viralizar en una imagen la realidad de las escuelas rurales en Argentina.
Los dos últimos años las pruebas Aprender -dispositivo nacional de evaluación de los aprendizajes de los estudiantes- arrojaron resultados a partir de los que las escuelas rurales superaban -principalmente en primaria- en algunas materias al rendimiento de los establecimientos educativos en las ciudades. Las tendencia iba inclusive en sintonía con relevamientos regionales previos realizados por Unesco. Según Noelia en la 192 alrededor del 85% de los estudiantes termina la secundaria y aspira a continuar con sus estudios. "El sacrificio mismo que ellos tienen de ir todos los días hace que quieran terminar la escuela y seguir estudiando", explica.
"Las mamás sabemos mandan a la escuela a sus hijos porque quieren que sean profesionales y sigan adelante", sigue, antes de detenerse en dificultades concretas a las que se enfrentan todos los días. "El hecho de estar en zona rural hace que no haya un medio de transporte, por eso los chicos caminan. Como todas las escuelas necesitamos cosas, desde calefacción, hasta materiales para los chicos, libros, cambiar el sistema eléctrico", enumera. "Tratamos de si falta algo no esperar que el Estado nos brinde sino hacer rifas y comprar lo que haga falta", aclara, aunque reconoce que muchas veces no alcanza.