George Weah brilló con las camisetas de Milan y PSG en los 90. Dos décadas después, ganó las elecciones y se transformó en la máxima autoridad de su país.
Weah salió de los barrios marginales de Monrovia para convertirse en una estrella internacional del fútbol en los años 1990. Este jueves hizo realidad otro sueño: convertirse en presidente de Liberia, un país traumatizado por la guerra civil.
Con 51 años, el atacante estrella del PSG y del Milan AC ganó de forma holgada la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, con 61,5% de los votos, frente a su adversario, el vicepresidente Joseph Boakai.
Único africano en ganar el Balón de Oro, en 1995, Weah estuvo ausente de su país durante la guerra civil que causó 250.000 muertos entre 1989 y 2003.
Entró en el mundo de la política al final del conflicto y, en 2005, fue candidato a la presidencia. En aquellos comicios, salió ganadora Ellen Johnson Sirleaf, la primera mujer elegida jefe de Estado en África, y a quien Weah va a suceder.
En 2011, concurrió como aspirante a la vicepresidencia al lado de Winston Tubman y desde 2014 es senador.
Weah afirmó haber ganado “experiencia” desde entonces y muchos aseguran que ahora “es su turno”.
Durante su campaña, Weah, colocó la educación, la creación de empleo y la construcción de infraestructuras en el centro de su programa, un proyecto que lo llevó a encabezar la primera vuelta con 38,4% de los votos, seguido por Boakai con 28,8%.
Alguien cercano. Gran parte del electorado joven apoyó a Weah, que en su país tiene un estatus de ídolo y es conocido como “Mister George” (Señor George).
Weah es miembro de la etnia Kru, una de las más importantes del país, concentrada en el sureste de Liberia. Fue criado por su abuela en uno de los peores suburbios de Monrovia.
“Los ciudadanos de a pie se identifican con George Weah, porque piensan que es alguien cercano a su vida cotidiana”, explicó Ibrahim Al Bakri Nyei, un analista liberiano de la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres (SOAS).
Sus críticos señalan que dejó sus estudios para ser futbolista, aunque después los retomó.
Algunos de sus detractores, como Benoni Urey, uno de los candidatos que fue descalificado en la primera vuelta y que apoyó a Boakai, consideran que Weah está siendo manipulado por Sirleaf para que ella pueda seguir controlando la agenda cuando deje el poder después de 12 años
Pero, muchos votantes ven en él a un niño de las barriadas pobres que logró hacerse un camino a pesar de todo.
“Yo creo que cuando le demos una oportunidad, él va a poder entregar una Liberia mejor a la juventud y a los sin techo”, dijo a la AFP Andrew Janjay Johnson, un lustrabotas que trabaja en un mercado de Monrovia.
Sus críticos también consideran que tiene un programa poco preciso y le han reprochado su ausentismo en el Senado.
Weah también ha debido defender su elección de llevar como aspirante a vicepresidenta a Jewel Howard-Taylor, exmujer del antiguo mandatario y señor de la guerra Charles Taylor.
Sin embargo, Howard-Taylor también es una senadora respetada por sus propios méritos, que le aportó muchos votos en el condado de Bong, un distrito clave para las elecciones.
Ella es además, junto con Johnson-Sirleaf, una de las pocas mujeres en la escena pública del país.
Weah está casado con Clar Weah, y su hijo Timothy firmó un contrato profesional con el PSG en julio pasado.