Ausente por un viaje de placer, pagados con fondos públicos, el Gobernador no participa de la cumbre con el Presidente. Otra vez ausente de la historia.
Lejos de las preocupaciones, los reclamos y sobretodo de las responsabilidades, así gobierna Alberto Rodríguez Saá la provincia, a distancia con control remoto y con las comodidades que ofrece el viejo continente a los millonarios.
“Mauricio va a escuchar a los gobernadores, pero también tiene cosas para decir", relata el diario Clarín como anticipo exclusivo del Gobierno donde estudiaron el paper de los mandatarios opositores que gira sobre dos ejes: el Fondo del Conurbano y el presupuesto 2018.
De antemano, en Casa Rosada avisan que varios de los 11 puntos que las provincias objetan no serán aceptados. Queda más que claro que el encuentro tiene trascendencia inmediata y futura sobre todos los argentinos.
Pese a la importancia de la reunión el Gobernador de San Luis no estará. Prefirió el lugar más cómodo, el de escaparle a la obligación por la que fue elegido. Mientras se desconoce el paradero de Rodríguez Saá, salvo por publicaciones particulares en redes sociales, el país se prepara para dar un debate trascendental.
Alberto “El ausente”
Si hay algo que puntualmente le quita el sueño al mandatario puntano es el trascender en la historia. Para hacerlo pudo optar entre dos formas, siendo un gobernante con decisiones, preocupado y ocupado por las necesidades de su pueblo y honrando a responsabilidad que este le dio. Todo lo contrario, Alberto “El ausente”, eligió el camino de la mediocridad el de escaparle a los problemas, el de esconder la mugre debajo de la alfombra y someter a quienes considera súbditos.
El 9 de julio de 2016 fue una fecha que quedará en la historia grande este país. Un momento para el reencuentro, para escribir un futuro diferente, para encontrar canales de diálogo y suscribirlo en una carta que firmaron todos los gobernantes, aún aquellos que están en las antípodas del gobierno de turno. Alberto “El ausente” hizo gala de su mote, pegó el faltazo para llamar la atención como un adolescente que quiere ser el centro de atención con un berrinche.
La historia ya lo ubicó, o mejor dicho él mismo ya se ubicó cuando eligió el más triste de los lugares, la ausencia.