Desde el viernes y durante gran parte del fin de semana no se entregaban resultados de análisis clínicos, la respuesta fue la falta de tinta en las impresoras. Mientras esto sucede la esposa de Adolfo recibe $ 80 millones.
El "otro país" de los hermanos Rodríguez Saá tiene severos contrastes que evidencian una enorme inequidad entre el poder ejercido por una sola familia y el resto de la sociedad. Casi al mismo tiempo que el país conocía sobre un subsidio de $ 80 millones a Gisela Varataitis de Rodríguez Saá, las falencias en distintas áreas altamente sensibles se multiplicaban.
Los pacientes que concurrieron el viernes, y durante el fin de semana, para retirar los resultados de los análisis se encontraron con la desagradable noticia de no poder contar con los estudios médicos por la falta de tinta en las impresoras.
Otra muestra gave de un proyecto político que genera desigualdad, que se muestra indolente y que recurre a todo tipo de acciones para sostener el poder.