Artista crea máscaras de silicona hiperrealistas con impresoras 3d

El artista Landon Meier crea máscaras de silicona tan detalladas que son inquietantemente realistas. El proceso comienza utilizando un software de escultura digital para crear las caras, donde se toma varias fotos de diferentes ángulos como referencia para ayudar a crear las máscaras. Luego, una impresora 3D crea la escultura, se moldea la silicona -puede tardar 40 horas-, se pinta y por último se inserta el pelo con ayuda de agujas

“Llevo diseñando máscaras más de 17 años”, cuenta el artista estadounidense y dueño de Hyperflesh, una empresa especializada en disfraces y réplicas faciales para los más adinerados entusiastas de las noches de Halloween. “Pero lo que ocurrió hace unos días en Monsterpalooza [convención mundial de maquillaje y efectos especiales que se celebra cada año en Los Ángeles] es algo para lo que no estaba preparado”.

Se refiere Meier a los 60 millones de reproducciones que, en sólo 48 horas, registró en YouTube la grabación de la performance con la que dio a conocer sus últimas creaciones. En el vídeo se puede ver a Putin (el propio Meier tras una máscara de silicona), Trump y Kim Jong-un (mismo material en las cabezas de dos chavales que han querido preservar su anonimato), todos cogidos del brazo y bailando alegremente Uptown funk de Bruno Mars. “Estoy abrumado con la respuesta de la gente”, se sincera Meier, que asegura haber respondido en los últimos días más de 3.000 emails. “Me enorgullece que se valore mi trabajo, pero hay una parte de mí que tiene miedo”.

Miedo a las represalias del presidente de EEUU, que no se ha pronunciado en Twitter al respecto de su viralizado mini-doble. “Mi interés por las máscaras nace de una obsesión surrealista de mi infancia: la imagen terrorífica de un adulto con cabeza de bebé”, explica el artista. “A partir de ahí, me he ido especializando en famosos, como Charlie Sheen o Mike Tyson; personajes de ficción, como el superventas Walter White [protagonista de la serie Breaking Bad], y también políticos”. Lo que no imaginaba es que su guiñolada sobre Trump, Putin y Kim fuera a servir de atrezzo a los manifestantes más críticos con las políticas del trío más peligrosamente ridículo desde las Azores.

Admirador confeso de Dalí, Meier estudió Bellas Artes, pero se considera autodidacta más allá de los premios y diplomas que acumula. “En los últimos años he ido evolucionando del látex a la silicona y de las esculturas de arcilla a la impresión en 3D hasta conseguir mi propia técnica de fabricación”. Consiste en diseñar primero los moldes con un sofisticado programa de ordenador e imprimir después cada rostro en silicona pigmentada. El resultado es pura filigrana facial que no escatima en detalles. El proceso es caro, por lo que el precio de sus máscaras oscila entre los 500 y los 5.000 euros, dependiendo de los materiales empleados y de la cantidad de pelo invertido. Lo que no ha impedido que su clientela se haya disparado en los últimos meses: sólo en lo que se refiere a recreaciones faciales de celebridades y políticos Meier lleva vendidas 50 máscaras de silicona y más de 1.000 de látex.

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