Podrán abrir puertas, operar impresoras o comprar productos con un movimiento de la mano; conocé todos los detalles de la controversial innovación.
¿Te imaginás abrir una puerta con sistema electrónico usando únicamente tu mano? En la compañía de innovación tecnológica sueca Epicenter ya es una realidad: le ofrece a sus empleados y miembros implantarles un microchip del tamaño de un grano de arroz que sirve como tarjeta electrónica y se usa para abrir puertas, operar impresoras o comprar productos con un movimiento de la mano.
La instalación es simple: una aguja que se desliza entre el pulgar y el índice inyecta un microchip en la mano. "El mayor beneficio que veo es conveniencia", dijo Patrick Mesterton, cofundador y director ejecutivo de Epicenter, según informa la agencia AP. "Básicamente reemplaza muchas cosas que tienes, otros dispositivos de comunicaciones, ya sean tarjetas de crédito o llaves".
Pero no es una tecnología nueva: chips similares se habían usado en mascotas o en embarques para rastrearlos, pero nunca se habían instalado en empleados. Funcionan con una tecnología llamada Near Field Communication (NFC, comunicación de campo cercano), del estilo de los pagos sin contacto con tarjetas de crédito y celulares. Al ser activados por un lector cercano, una pequeña cantidad de datos fluye entre los dos dispositivos. Los implantes son "pasivos", lo que significa que contienen información que puede ser leída por otros aparatos, pero no pueden leer información.
¿Afecta la privacidad y seguridad? Aunque son seguros biológicamente, los datos generados por los implantes pueden mostrar cuán a menudo un empleado va a trabajar y lo que compra. A diferencia de tarjetas y celulares, que pueden generar los mismos datos, una persona no puede deshacerse fácilmente del chip.
"Por supuesto, poner cosas en el cuerpo es un paso grande, y lo fue incluso para mí al inicio", dijo Mesterton. "Pero, por otra parte, la gente se ha estado implantando cosas en sus cuerpos, como marcapasos y otras cosas para controlar el corazón. Eso es algo mucho más serio que tener un microchip que se puede comunicar con aparatos".
Epicenter, que es la base de más de 100 compañías y unos 2000 empleados, comenzó a instalar chips en 2015. Ahora, ya lo usan cerca de 150 empleados. Además, una compañía basada en Bélgica también ofrece implantes y hay casos aislados en el mundo en los que entusiastas de la tecnología los han probado en años recientes.