Hace exactamente un año atrás la legislatura aprobaba la normativa que brindaba plenos derechos a los Bomberos de la provincia. Ni bien asumió, Rodríguez Saá vetó la ley y dejó a la deriva a las mismas personas que meses después impidieron que su millonaria mansión se quemara.
Fue una larga lucha, el proyecto por fin llegó al recinto y fue aprobado, los bomberos conseguían derechos y reconocimientos. La alegría duró muy poco, ni bien llegó nuevamente al poder, Alberto Rodríguez Saá vetaba la ley y marcaba la impronta de su tercer mandato, el más duro, el más homofóbico y discriminatorio.
Pocos meses después de vetar la ley un incendio que se propagó por casi dos semanas y afectó las sierras de San Luis, otra vez los héroes anónimos trabajaron a destajo, los Bomberos volvían a ponerle el cuerpo a las llamas que devoraban miles de hectáreas. Durante la larga lucha el fuego amenazó la millonaria mansión del Gobernador, los mismos valientes colaboradores sociales a los que Rodríguez Saá desprecia salvaron la fastuosa morada.
Se cumple año de una lucha que los Bomberos no están dispuestos a abandonar a pesar de la constante discriminación de un Gobernador que los llamó, entro otras cosas, "patoteros".