Un nene de 13 años mató de dos balazos con el arma de su padre a uno de los cinco delincuentes que entraron a robar a su casa y mantenían amenazada a su madre, en la localidad bonaerense de Francisco Álvarez, partido de Moreno, informaron hoy fuentes judiciales y policiales.
El episodio ocurrió anoche, cerca de las 21.30, en una casa situada en la calle Tirso de Molina, a dos cuadras de la colectora de la Autopista del Oeste, donde vive un matrimonio integrado por dos productores de seguros, y sus dos hijos de 13 y 11 años.
De acuerdo a lo relatado por los voceros, cuando la madre de familia llegó a la casa a bordo de su Chevrolet Agile blanco, abrió el portón automático del garaje e ingresó, fue sorprendida por un delincuente, por lo que ingresó rápido a la vivienda, accionó la alarma vecinal e intentó cerrar la puerta, aunque aparecieron al menos otros cuatro hombres que no se lo permitieron y, a las patadas, entraron.
La mujer fue reducida por los asaltantes, quienes estaban armados y le exigieron dinero en dólares, momento en que su hijo de 13 años, que estaba en la casa y advirtió la situación, tomó una pistola de su padre que estaba cargada en un mueble, salió en defensa de su madre y efectuó dos disparos, que impactaron en uno de los ladrones.
Según las fuentes, un delincuente también disparó sin llegar a balear al chico, aunque sí le provocó un roce de bala en el cuero cabelludo a su hermano de 11, producto de un rebote. Tras el enfrentamiento, el delincuente herido cayó muerto en el umbral de la casa, mientras que sus cómplices huyeron a a bordo de un Volkswagen Voyage gris.
"Han tenido códigos, podrían haber hecho un desastre con mi familia, estoy convencido de que le perdonaron la vida a los tres", consideró hoy el padre de niño, quien dijo a Crónica TV que cree que los delincuentes optaron por irse sin lastimar a su mujer y a sus hijos a pesar de que los superaban en número y en armamento.
Tras la huida de la banda llegaron a la casa el padre del niño y la policía, quienes incluso alcanzaron a ver el Volkswagen tripulado por los delincuentes, que más tarde fue hallado abandonado en Madariaga y Ascasubi, de Moreno, donde se estableció que tenía pedido de secuestro, ya que había sido robado en la zona el 23 de octubre último.
Los peritos que trabajaron en la vivienda determinaron que el delincuente muerto estaba tenido boca abajo y que presentaba un orificio de bala en región pectoral derecha y otro en región torácica posterior izquierda.
El asaltante llevaba colocado un chaleco antibala con la inscripción Policía, no llevaba documentos encima y en su poder se secuestró un revólver lechucero cargado con cinco cartuchos.
En tanto, en el interior de la vivienda los pesquisas encontraron una vaina calibre 9 milímetros, otra calibre 11.25 y un plomo deformado, también 11.25.
Por orden judicial, la policía secuestró la pistola Taurus calibre 9 milímetros del padre del chico, que está debidamente registrada, dijeron las fuentes. El hombre contó que ese arma solía tenerla en la mesa de luz para defensa propia, ya que anteriormente había sufrido otro robo, y que su hijo sabía perfectamente que estaba ahí, ya que él mismo se lo dijo por cuestiones de seguridad.
Al ser consultado por cómo se encuentra su hijo, el hombre dijo que "está mal, no deja de llorar por lo que pasó" y "no quiere volver a la casa".
Si bien el hombre aseguró que al tomar el arma y disparar su hijo actuó como un niño, como si el arma "fuera de juguete o la de la PlayStation", fuentes judiciales dijeron que solía practicar tiro con su padre.
La causa quedó a cargo del fiscal del Fuero Penal Juvenil de Moreno, Pedro Marchetti, quien consideró que el chico actuó en legítima defensa. El padre, por su parte, pidió a las autoridades que mantengan la custodia en su casa por cuestiones de seguridad, aunque adelantó que planea mudarse con su familia a un country para sentirse mas tranquilo.