En un matadero en la ciudad siria de Deir Ezzor, el Estado Islámico ejecutó su más sanguinaria matanza de los últimos años. Vestidos en impolutos mamelucos blancos, los verdugos acusaron a las decenas de víctimas de ser espías de los Estados Unidos, les cortaron el cuello y los dejaron desangrar.
Como si fueran corderos, algunos de los "condenados" por los terroristas fueron colgados de ganchos con la cabeza hacia abajo para que la sangre fluyera de sus cuerpos. Otros permanecieron inertes, tendidos sobre desagues. Los ríos de sangre corren mientras los asesinos arrojan agua para limpiar el lugar.
Las imágenes son brutales y demuestran que el grupo yihadista aún mantiene algún poder en pequeños poblados del país. Deir Ezzor se encuentra en el noreste de Siria, un pueblo donde se aplica la más dura de las leyes islámicas.
El video cuenta con una edición profesional y fue titulado "The Making of Illusion" (La fabricación de la ilusión). Durante los doce minutos que se emiten pueden observarse escenas de películas de Hollywood (Misión: Imposible, por ejemplo) usadas como ejemplo de cómo funcionan los servicios de inteligencia norteamericanos y de Occidente.
También se editaron tomas en las cuales se mostraría a los acusados de espionaje para los Estados Unidos tomando fotografías de bases y cuarteles de ISIS. Abu Mohammed, fundador del grupo de defensa de derechos humanos "Raqa está siendo sacrificada en silencio", calificó la grabación como "el peor video" que haya visto. "Los humanos fueron carneados como corderos", agregó.
Los yihadistas, durante los 12 minutos de filmación, también se dedican a enumerar golpes que dieron en Occidente. Es así que hablan de la masacre de Orlando, de Niza y de París.