La información proveniente desde Suiza confirma las sospechas: los Báez tienen, efectivamente, cuentas allí no declaradas. Y eso cerraría el triángulo de la operación de lavado de dinero. Los fondos salieron de Argentina, llegaron a Suiza y se depositaron en bancos y luego volvieron "blanqueados". Esa maniobra -completa- quedó al descubierto según el fiscal Marijuán.
La tercera etapa de la operación de lavado de dinero quedó comprobada en los Tribunales. Primero fue el fiscal José María Campagnoli quien lo demostró. Y luego se corroboró en el expediente a cargo del juez Sebastián Casanello y el fiscal Guillermo Marijuán.
Se depositaron nueve cheques en la cuenta de Austral Construcciones -la empresa madre del Grupo Báez- provenientes de la financiera suiza Helvetic Service Group, la compradora de la empresa SGI, conocida como La Rosadita. Con el dinero negro que salió del país en Suiza se adquirieron bonos públicos argentinos nominados en dólares que una vez liquidados llegaban en pesos a las cuentas de Báez.
Faltaba en el expediente probar que el dinero salido en negro desde Argentina pasó por bancos suizos. Hace unos días Casanello y Marijuán estuvieron personalmente con autoridades suizas que se comprometieron a enviar información bancaria sobre Báez y sus familiares.
Para los investigadores de la denominada "ruta del dinero K" se cierra el circuito de dinero negro que se creó en derredor de la obra pública de la que las empresas de Báez fueron beneficiarias. Las cuentas no declaradas tal vez fueron vaciadas. Pero todas las transferencias dejan rastros. La "ruta del dinero K" que manejó Báez se puede seguir.