Reclaman la reincorporación de los trabajadores y el cese de los despidos. El gobierno se mantiene al margen.
Desde el pasado mes de abril el conflicto en la firma que produce discos abrasivos se cocina a fuego lento y entró en ebullición a raíz del despido de cinco trabajadores hace diez días, pese al compromiso de la firma de suspender las medidas que terminan con la fuente laboral.
Las reuniones convocadas en el Programa de Relaciones Laborales fracasaron en su mayoría por la ausencia de las autoridades de la empresa, en el medio las familias que viven la angustiante situación de la incertidumbre laboral.
El conflicto comenzó, en principio, por el pedido de aumento de los trabajadores que desencadenó en denuncias penales contra los delegados y el despido arbitrario. "Es importarte destacar que estamos frente a una patronal que desarrolla diariamente una política represiva al interior de sus plantas, con prácticas antisindicales, políticas que pintan el sofocante control policial, verdaderos campos de concentración. Ejemplo claro de ello es lo que se pretende formalizar en la planta de Morón dejando sin fueros a un miembro del sindicato para así poder despedirlo libremente", confió un trabajador.
Pese a manifestaciones públicas de acción en defensa de los puestos de trabajo, hasta el momento la administración de Alberto Rodríguez Saa se mantiene al margen sin realizar una acción concreta que permita poner fin a los despidos.