El valijero de Lázaro Báez usó el avión de la aerolínea chaqueña para trasladar a sus invitados a una celebración en el Este. Fue Karina Jelinek y cantó Lola Ponce.
Un eslabón más une a Jorge Capitanich con Leonardo Fariña y la ruta del dinero K. El eslabón se llama Lima Víctor Zulú Papa Zulú y es la matrícula de un avión usado por el valijero de Lázaro Báez en un viaje a Uruguay que en ese momento -29 de enero de 2011- pertenecía a la desaparecida aerolínea provincial Aerochaco, operada por Mac Air, la empresa del Grupo Macri.
Material fotográfico y testimonios a los que Noticias tuvo acceso en exclusiva muestran que en esa época Fariña utilizó la nave de Aerochaco para trasladar a sus amigos a la millonaria fiesta que organizó en Punta del Este y en la que terminó conociendo a quien luego sería su mujer, la vedette Karina Jelinek.
Se trata del LV-ZPZ, un Lear Jet de 19 plazas que en ese momento cubría la ruta Córdoba-Resistencia para la compañía de bandera provincial, reflotada por Capitanich y que terminó siendo cerrada no sin polémica por la pérdida de más de 70 millones de pesos.
El 29 de enero de 2011 es una fecha que Leonardo Fariña nunca va a olvidar. Había llegado la noche anterior a Punta del Este a bordo del avión de Capitanich para comprar el campo El Entrevero, valuado en 14 millones de dólares y recientemente allanado. Para festejar el éxito de la operación inmobiliaria, Leo decidió darse dos gustos: comprarse una Ferrari y dar una gran fiesta que diera a todos que hablar. Para eso, no tuvo mejor idea que trasladar a los 300 invitados desde Buenos Aires para pasar el fin de semana en el exclusivo balneario uruguayo, con todos los gastos pagos. “Leo y Federico Elaskar me pidieron hacer algo que llamara mucho la atención, lo que es difícil en Punta, donde la gente está habituada a las fiestas más fastuosas”, cuenta uno de los encargados de la organización, un RRPP relacionado con la disco porteña Pachá que pidió no ser mencionado. “Pensaban traer al DJ francés David Guetta, pero eso de traer DJs famosos lo suele hacer Laith Pharaon, entonces se me ocurrió invertir el presupuesto en traer a los invitados en aviones privados a pasar directamente todo el fin de semana”, recuerda. El presupuesto al que hace referencia el RRPP es, nada más y nada menos, que 250 mil dólares.
La famosa fiesta, de la que mucho se habló pero a la que ningún medio había tenido acceso hasta ahora, se hizo en el jardín de la moderna casa frente al mar en la zona de Manantiales –una de las favoritas del jet set esteño- que Leo y sus amigos habían alquilado para todo enero por 50 mil dólares. Para el traslado de los 150 invitados –otros 150 ya estaban en Uruguay- se alquiló un avión de Pluna de 120 plazas, más 3 aviones privados, dos de los cuales –el LV CIO y el LV ZPZ- están relacionados, directa o indirectamente, con la provincia del Chaco. Se alojaron en tres hoteles diferentes –Las Dunas, Montoya y Las Olas- a un costo por habitación de 200 dólares. También se contrataron combis para trasladarlos a la fiesta y se pagaron todos sus gastos de comida durante la estadía.
Bandejas y bandejas de sushi circulaban entre las botellas de champagne importado Barón B y Cristal, cuyas botellas pueden costar hasta 400 dólares. Los comensales fueron recibidos por un estricto control de seguridad que incluía guardias armados, algo inusual para un centro de turismo que se destaca por su tranquilidad. Llegando al jardín y rodeando la pileta, media docena de exóticos Drag Queens bailaban y se sacaban selfies con los invitados. Al promediar la noche, la cantante Lola Ponce interpretó algunas canciones olvidables, para luego dar lugar a la música electrónica, de la que Fariña es fanático. La luz de la mañana los encontró a todos bailando animadamente alrededor de la pileta, y haciéndose la misma pregunta: quién era ese misterioso anfitrión de rodete, del que sólo sabían una cosa: que se dedicaba a las finanzas.