El ex-letrado de Lázaro Báez fue encontrado ayer en la ciudad paraguaya de Encarnación. Será llevado al edificio Centinela de Gendarmería.
“Hasta acá llegué, por favor ayúdenme”, alcanzó a decir ayer Jorge Oscar Chueco cuando tres guardias de seguridad del resort Le Club, en Encarnación, Paraguay, lo redujeron en la terraza del edificio. Era el final de una fuga que tuvo en vilo durante cinco días a todas las fuerzas de seguridad de la Argentina.
Chueco, que vestía un short verde y remera gris, lucía mucho más delgado, demacrado y con algunas heridas en las piernas que evidenciaban una cicatrización de varios días.
Anoche, a las 20.45, el hombre fue entregado a la Gendarmería argentina en la cabecera paraguaya del puente internacional “San Roque González de Santa Cruz”. La fiscal Liliana Delgado autorizó su expulsión del país porque ingresó a territorio paraguayo sin realizar los trámites migratorios.
Poco antes de ser subido a un Ford Focus blanco, el abogado charló distendidamente con los oficiales de las distintas fuerzas y en su rostro se apreciaba cierta tranquilidad.
El hombre fue oficialmente detenido cerca de las 13.30 tras un llamado de los responsables del hotel Le Club a la Policía Nacional de paraguay. Chueco había sido reducido en la terraza del hotel y entregado a una patrulla de Investigación de Delitos. El jefe de esa dependencia, el comisario Walter Cardozo, dijo en una conferencia de prensa que Chueco fue detenido en el microcentro de Encarnación luego que se constatara que no tenía documentos. Y que Interpol Paraguay sólo tenía registrado el pedido de ubicación librado por el juez de Misiones Osvaldo Rubén Lunge y no la circular roja del juez federal Sebastián Casanello, quien ordenó su captura anteanoche.
Los abogados Keiko Kamazawa y Osvaldo Peña Álvarez -fue defensor de Moria Casán en la causa por el robo de joyas en Asunción- se quejaron del procedimiento. Peña Álvarez dijo que le impidieron a Chueco firmar un poder para ser representado. “Está bajoneado pero bien…él quiere quedarse y enfrentar el proceso de extradición”, aseguró el defensor.
Los reclamos de los abogados fueron vanos porque una hora más tarde, Chueco fue cargado en una camioneta Isuzu doble cabina sin identificación de la Policía Nacional y llevado a la cabecera del puente internacional, donde se labró un acta de entrega.
Así concluyó una fuga que duró cinco días y que no resultaron fáciles para el abogado, que anoche lucía con varios kilos menos y la piel bronceada, quizás por deambular días enteros por territorio paraguayo.
Chueco había salido de Buenos Aires el lunes 11 de abril en su Peugeot 408 que abandonó en Posadas. Siguió viaje a Puerto Iguazú en un micro y al día siguiente se registró en dos hoteles. En su poder tenía casi 50 mil dólares y sembró una serie de pistas para dar a entender que se había quitado la vida. Incluso, la semana pasada fue encontrado por guardaparques en el Parque Nacional de Iguazú borracho y drogado. A esos guardaparques, les dijo que pretendía suicidarse. Sin embargo, el testimonio de un colectivero y un inspector que trabaja en la terminal de ómnibus de la ciudad de las Cataratas permitió establecer que había cruzado a Brasil tras eludir los controles de Migraciones y Gendarmería en el puente “Tancredo Neves”, que comunica Puerto Iguazú con territorio brasileño. Desde allí, siguió viaje hacia Paraguay.
Chueco es un personaje clave del entorno de negocios del empresario kirchnerista Lázaro Báez y en la investigación de la ruta del dinero K. Según la justicia, su participación en las maniobras internacionales de lavado de dinero en la financiera La Rosadita fue determinante.