Con un gol de Cristian Espinoza, Huracán se impuso por la mínima diferencia. Milton Casco tuvo una gran responsabilidad en el tanto "quemero". La revancha de la semifinal será el 26 de noviembre.
La segunda semifinal de la Copa Sudamericana tuvo como protagonistas a dos equipos argentinos. Tras la igualdad entre Sportivo Luqueño e Independiente Santa Fe, River recibió en el Antonio Vespucio Liberti a Huracán, un conjunto que tiene dos realidades: su gran desempeño en el ámbito internacional, con clasificación a Libertadores incluida, y su flojo desempeño en el torneo doméstico, donde todavía no pudo asegurar su permanencia en Primera División.
El espectáculo comenzó con un ritmo muy vertiginoso, dado que ambos intentaron presionar en campo opuesto para dar el primer golpe. La individualidad de Rodrigo Mora y la jerarquía Ramón Ábila fueron las herramientas más empleadas para llegar a la red, aunque la más clara llegó a través de una pelota parada en la que Federico Mancinelli no logró capitalizar un desvío de Wanchope.
Antes de llegar al primer cuarto de hora se produjo la sorpresa que enmudeció al Monumental. Un pase entrelíneas de Daniel Montenegro y una oportuna aparición de Cristian Espinoza dejó sin posibilidades a Marcelo Barovero. El pésimo cierre de Milton Casco fue la causa principal de la conquista del "Globo". El malestar se hizo sentir desde temprano.
La respuesta del Millonario también se basó en el balón detenido. Los centros de Carlos Sánchez despertaron la intranquilidad de Marcos Díaz y la vía aérea favorecía al atacante uruguayo y a Lucas Alario. Sin embargo, a los delanteros carecían de efectividad en sus cabezazos.
Antes de que se vayan al descanso, el Rolfi volvió a dañar a la última línea local con otra magnífica asistencia hacia Ábila, quien volvió exigir a Trapito con un potente disparo que concluyó en el techo del arco. La mala noche del ex lateral de Newell’s le permitía al elenco de Parque Patricios lastimar por la zona más vulnerable.
La producción de River era tan mala que en el inicio del complemento Marcelo Gallardo reemplazó al Pity Martínez y a Sebastián Driussi por Luis González y Tabaré Viudez. La idea del Muñeco se basó en resolver el deficiente circuito ofensivo que había iniciado el duelo.
El entrenador de Núñez apostó su última carta a Javier Saviola, quien ingresó por Mora. La confianza de Gallardo hacia el ex Barcelona, Real Madrid y Mónaco, entre otros, fue una clara contradicción en relación al presente del jugador, dado que en la primera pelota que tocó, demostró estar lejos de su nivel: adentro del área chica definió por encima del travesaño.
Ni los cinco minutos adicionados, ni las últimas incursiones de Casco le sirvieron al Millonario para empatar el encuentro. Además, las contras de Huracán fueron merecedoras del último grito. La exquisita definición de Wanchope, por encima de la integridad de Barovero marcó justificó la victoria quemera. La aparición de un travesaño inoportuno fue la única razón por la que el ex Instituto no festejó.
De todos modos, los de Parque Patricios dieron un gran paso hacia la final del certamen continental, aunque deberán revalidar el triunfo en el Tomás Adolfo Ducó, donde se disputará la revancha el 26 de noviembre. Mientras el Globo busca evitar el descenso y jugar la final de la competición, los de Núñez deben revertir el marcador antes de sacar los pasajes a Japón. La llave está abierta.