Amores a primera vista: ¿Cómo se producen?

Amor a primera vista. ¿Es un mito? ¿Un engaño? ¿Es eso que siempre te ha ocurrido y que no puedes explicar? Hemos de admitir que la maquinaria del amor es tan inexplicable como caprichosa, y en ocasiones, no basta con ver a alguien increíblemente atractivo/a para que quedemos de pronto prendados por completo.

Hay veces en que basta un gesto, un movimiento, una palabra acertada acompañada por una sonrisa irresistible. Es un aire que nos envuelve y nos atrapa como la droga más cautivadora producida por esos neurotransmisores que configuran eso que llaman “química del amor”.

Podemos enamorarnos en…¡Menos de un segundo!

Puede que este dato te sorprenda e incluso te extrañe. Y más, si eres de esas personas que tardan largos meses en descubrir que ese chico, que esa chica en concreto, se ha vuelto tan imprescindible en tu corazón. Ahora bien, según un estudio llevado a cabo por la profesora Stephanie Ortega de la Universidad de Siracusa, algunos pueden tardar menos de un suspiro… y más concretamente: la quinta parte de un segundo.

La explicación sería la siguiente:

• Se activa una sensación de euforia muy similar al de la cocaína, cuando vemos a alguien que nos atrae.
• Se activan hasta 12 áreas cerebrales
• Se libera dopamina, oxitocina, adrenalina y arginina. Neurotransmisores que nos hacen entrar en un estado de activación y atracción absoluta casi al momento al ver a esa persona…

Hemos de admitir que el amor a primera vista tiene algo de mágico, mucho de inexplicable y como vemos, mucho de neurotransmisores y química cerebral. No obstante, intentemos ahora señalar alguna de las explicaciones que más suelen utilizar psicólogos y antropólogos en relación a esta experiencia.

Esa persona se ajusta a nuestras necesidades y deseos

Es muy posible que ya hayas oído hablar de la inteligencia intuitiva, de las corazonadas… En realidad lejos de ser “algo sobrenatural” se explica de una forma sencilla.

• Todos tenemos interiorizados nuestros gustos de acuerdo a nuestra personalidad y nuestras experiencias. Cuando vemos algo no nos detenemos a analizar si nos gusta o no, simplemente lo sabemos, sin más. Es algo instintivo y espontáneo.

• Ves a alguien que sonríe y tu instinto lo percibe como sinceridad y autenticidad. Ese rostro te da confianza y de hecho, es lo que necesitas ahora, después de quizá, haber vivido algún desengaño.

Hacemos una valoración rapidísima casi sin que nos demos cuenta. Nos atrae el físico y lo que se desprende de él, todo parece encajar en el puzzle de nuestros deseos y necesidades. No es magia, es una rapidísima valoración.

Nos evocan recuerdos y sensaciones agradables

¿Te ha pasado alguna vez? Ves a alguien y te es íntimamente familiar. Hay quien llega a pensar incluso “que es como si los conociera de otra vida“, “como si hubiera visto en sueños a esa persona”.

• Los ojos, la boca, el cabello… te recuerdan de alguna manera a algún familiar al que aprecias, a un actor que te gusta, a esa pareja que antes tuviste y que te hizo feliz…

• El tono de la voz te es tan estimulante como agradable, hay algo en su timbre o entonación que te relaja y que te cautiva.

El amor a primera vista ancla recuerdos pasados, experiencias, gustos, necesidades y bioquímica en una persona en concreto que llama nuestra atención. Es algo instantáneo, es como esa flecha que se clava en nuestro interior, pero en realidad es un cúmulo de muchas cosas implícitas e inconscientes.

Lo que pasa después de ese flechazo sólo el tiempo lo dirá, no obstante, es algo tan profundo y y estimulante que vale la pena vivirse. Y por su puesto, arriesgarse.

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