A la hora prevista, el Papa arribó hoy a Washington a las 17 hora argentina para comenzar su primera visita a Estados Unidos. Francisco lleva su “iglesia de los pobres" a la mayor potencia económica mundial, un país polarizado en temas cercanos al corazón del pontífice: inmigración, justicia social y desigualdad económica.
Francisco fue recibido al pie del avión de Alitalia por el presidente Barack Obama, quien lo aguardó en la pista de la Base Andrews de la Fuerza Aérea, un inusual honor otorgado a un mandatario extranjero. Por lo general los presidentes estadounidenses reciben a sus visitantes importantes en la Casa Blanca. Junto al anfitrión se hallaba su esposa, Michelle, y el vicepresidente Joe Biden.
Francisco llegó a EE.UU tras una gira de casi tres días por Cuba.
Durante su visita de seis días por tres ciudades, el Papa se reunirá con Obama, dará un discurso ante el Congreso y otro en Naciones Unidas, y participará en una conferencia de familias patrocinada por el Vaticano en Filadelfia.
Se prevé que el argentino de 78 años exhorte a Estados Unidos a cuidar más el medioambiente y a los pobres, y que regrese a sus ideales básicos de libertad religiosa y extienda los brazos a los inmigrantes.
La enorme popularidad del Papa, su costumbre de acercarse a las multitudes y la insistencia en usar un jeep descapotado en lugar de un papamóvil a prueba de balas, han complicado las cosas para las fuerzas policiales estadounidenses, las cuales han montado uno de los operativos de seguridad más grandes en la historia del país.
Las medidas no tienen precedentes para un viaje papal y podrían volver casi imposible para muchos estadounidenses comunes acercarse a Francisco.