¿Por qué a veces nos enamoramos de quien no debemos?

No siempre es fácil acertar en eso del amor. Ahora bien, pero como ya sabes el juego de la vida está siempre en asumir riesgos y experimentar. Nadie nos garantiza cuando llegamos a este mundo que nuestros días van a ser un sendero de felicidad absoluta, así que hay que saltar al vacío y simplemente… probar. Pero siempre con el paracaídas bien ajustado.

En el amor hay que arriesgarse pero también protegerse, de lo contrario podemos quedar un poco heridos, porque casi siempre existen efectos secundarios tras un fracaso. Es más, es posible que en alguna ocasión te hayas preguntado eso de… ¿Y por qué siempre acabo enamorándome de las personas menos adecuadas?

 

1. Porque esa persona llena un vacío en ti

Suele ocurrir. Muchos de nosotros, tenemos alguna debilidad, alguna esquina que siempre esperamos que otros complementen formando un puzzle perfecto. Es posible que durante mucho tiempo te hayas sentido solo e incomprendido, hasta que de pronto, aparece alguien que simplemente “resplandece” y llena todas tus oscuridades.

Es alegre, te hace sentir vivo y consigue que cada vez que te mires en el espejo te veas bien. Ahora bien, algo que debemos tener claro es que nunca debemos esperar que nuestra felicidad dependa siempre de la otra persona. “Es que si no estás conmigo soy muy desgraciado”. “Es que si te vas ahora con tus amigos/as me vas a dejar muy solo/a” Si buscamos que otros llenen nuestros vacios estaremos creando una relación dependiente.

Es importante que primero seas tú una persona completa y feliz. No se trata de juntar medias naranjas para formar una naranja entera. Si yo soy feliz y me siento completo, haré más feliz a mi pareja.

 

2. El deseo de ser el/la elegido/a

Y de pronto… ¡Somos el centro de atención de alguien! ¡Nos han elegido y somos de la noche a la mañana ese foco de interés de esa persona que tanto nos atrae! Somos inmensamente felices y nos dejamos llevar casi desbocados por infinitas emociones… Sin mantener la calma y el equilibrio. Sin darnos cuenta de muchas cosas.

Es muy posible que esa persona se haya fijado en ti para tener una relación casual o limitada en el tiempo. O porque busca otras cosas, pasar un buen rato, sin involucrarse. Debemos ir con cuidado, es bueno tener el corazón abierto, pero es necesario mantener los pies en el suelo. No te dejes engañar y atiende cada detalle. No te dejes llevar por esa ceguera inicial por ser el o la elegida, ve con calma.

 

3. Nos gusta el riesgo

En ocasiones se despierta en nosotros ese lado oscuro e inconsciente que nos hace sentirnos atraídos por personas que sabemos que nos van a hacer daño de alguna forma. Es el deseo por lo prohibido, sabemos que podemos quedar mal parados por ese chico, por esa chica, pero sin embargo resulta tan excitante que no podemos negarlo.

Hay un fuerte deseo sexual, nos hacen sentirnos vivos y valoramos, por la razón que sea, que no nos importa las consecuencias. El riesgo merece la pena.

 

4. Pensar que con nosotros pueden cambiar

Es algo muy frecuente. Iniciamos una relación con alguien que sabemos de antemano, que es algo irresponsable e inmaduro. Sin embargo, nos autoconvencemos de que con nuestro amor los haremos cambiar, mejorar.

Aunque en realidad es muy difícil que las personas cambien, y quien siempre sale herido somos nosotros mismos. Hay que ir con mucho cuidado.

 

5. Aceptamos el tipo de amor que creemos merecer

Seguro que también tú tienes un amigo o una amiga a quien le ocurre lo siguiente: a pesar de que es infeliz, se dice a sí mismo que es la pareja con la que debe de vivir, que es mucho mejor que estar solo o sola.

Son personas con una baja autoestima capaces de aguantar muchas cosas en lugar de reaccionar. Piensan que esa persona es la única que van a poder tener en sus vidas, y que a pesar de que no son muy felices, hay instante buenos, y que es mejor que no tener a nadie.

Jamás hemos de aceptar estas situaciones. Lo primero es aprender a querernos como personas, como seres que merecen lo mejor. Es común que en ocasiones nos enamoramos de personas poco adecuadas, nos dejamos llevar por esa atracción ciega y nos convertimos en una especie de satélite dando vueltas a la deriva por un planeta.

Mantén el equilibrio y sé siempre el eje centrar de tu universo. Encuentra a su vez, a otro universo tan grande como tú donde colapsar y disfrutar de una vida plena.

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