Zion Harvey, de Baltimore, EEUU, se convirtió en el paciente más joven en someterse a esta intervención. Había sufrido la amputación de sus cuatro extremidades. Vive con un riñón donado por su madre
Los antebrazos del niño, que tiene apenas 8 años, todavía estaban muy vendados. Pero sus nuevas manos eran visibles cuando, sonriente, se reunió con los médicos para una conferencia de prensa el martes, en la cual demostró su agarre aún débil.
"Se sintió raro al principio, pero luego bien", describió. Luego agradeció a su familia y a los profesionales por ayudarlo en su "experiencia difícil".
Zion Harvey, de Owings Mills, una comunidad suburbana de Baltimore, Maryland, recibió el trasplante hace algunas semanas en el hospital infantil de Filadelfia, aunque los médicos no revelaron la operación de 11 horas hasta esta semana.
El equipo médico de 40 personas utilizó placas de acero y tornillos para unir los huesos viejos y nuevos. Los cirujanos reconectaron meticulosamente las arterias, venas, músculos, tendones y nervios de Zion.
"Se despertó sonriendo", dijo el doctor L. Scott Levin, quien dirige el programa de trasplante de manos.
Zion contrajo una sepsis que le provocó múltiples fallas de órganos, que forzaron la amputación de manos y pies. A los 4 años necesitó un trasplante de riñones y recibió el órgano de su madre.