Una mujer condenada a violencia perpetua

Una joven en Luján fue agredida física y psicológicamente por su ex pareja durante toda su relación. El hombre fue sentenciado a una probation por golpeador pero sigue amenazándola e, incluso, baleó el auto de su nuevo novio.

Una joven vive un calvario al que la somete su ex pareja, que no sólo la agredió físicamente durante la relación sino que ahora continúa acosándola a pesar de haber sigo condenado por la Justicia.

El escenario del preocupante suceso es la ciudad bonaerense de Luján, donde a los constantes maltratos físicos que sufrió la víctima se suma la violencia psicológica, lo que determinó que el agresor sea sentenciado a cumplir con una probation que decidamente no cumple.

Por si fuera poco, horas después del fallo, en las inmediaciones de la vivienda de la mujer, balearon el auto de su novio. No sólo tuvo que soportar ocho meses de una variedad infinita de agresiones físicas y verbales que se cristalizarían en una causa judicial encabezada por el Tribunal Oral Correcional Nº 2 dos años después, sino que tampoco por la vía judicial obtuvo la tranquilidad ansiada.

Sucede que 48 horas después de la sentencia, Juana Miano, de 25 años, se hallaba en su domicilio de la ciudad de Luján, cuando escuchó una serie de estruendos, similares a disparos de bala.

Entonces la joven salió a la calle junto a su novio a fin de tomar conocimiento sobre lo que realmente sucedía y advirtieron que el rodado del muchacho había recibido un impacto en una ventanilla trasera.

Al respecto, Gustavo Miano, padre de la víctima, remarcó ante “Crónica”: “Fue raro, entendemos que tiene que ver con lo mismo”.

En este sentido, el progenitor hace referencia al proceso judicial impulsado por la denuncia de Juana contra su ex pareja Gastón Cavlli, por maltratos físicos y psicológicos durante el tiempo que mantuvieron una relación amorosa.

En consecuencia, las autoridades optaron como condena una probation que consta de tareas comunitarias y tratamientos psicológicos en un lapso de dos años. No obstante, “el tipo sigue dando vueltas, sin nosotros tener la seguridad de si es controlado en cada cosa que hace como establece el fallo”, expresó Miano.

El padre de la víctima, a la vez, consideró el castigo al imputado como “un beneficio para él, mi hija es revictimizada con este tipo de medidas; en vez de cuidarla, nunca se la respetó y vuelve a ser humillada”.

​Curiosamente, poco después del veredicto, Juana volvió a sufrir un nuevo suceso de carácter violento, en forma mafiosa y amenazante, que además de atormentarla, generó un nuevo traspié en su intento de reconstruir su vida, puesto que quien era su novio decidió ponerle punto final a la relación, atemorizado por el ataque a su vehículo.

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