Se cruzó con unos ex compañeros en una fiesta y lo mataron

Darío Torres, de 15 años, murió apuñalado en la madrugada de ayer. El hecho ocurrió a la salida de una fiesta privada en el barrio Rivadavia, ubicado en las afueras de la capital sanjuanina. Por el hecho hay tres menores detenidos: dos de 15 años y uno de 14. La víctima y sus atacantes se conocían de la escuela secundaria a la que Torres asistió hasta el año pasado. Los investigadores creen que se enfrentaron porque tenían un problema previo.

Un llamado al 911 por ruidos molestos alertó a la Policía de la Comisaría 13. A las 1.20 un móvil se acercó a un baile que se realizaba en una casa ubicada en Callejón Gómez y Gendarme Argentino. Era la segunda edición de la fiesta Monkey Fest, una fiesta privada que se hace en una casa a la que van muchos adolescentes que no pueden ingresar a los boliches de San Juan. Sucede que allí rige la “Ley Seca” que prohíbe la entrada de menores y la venta de alcohol en los discos. Dada la presencia policial, la mayoría de los chicos salió y se dispersó por la zona.

A unos 50 metros de la fiesta, Darío y su hermano Iván, de 17 años, se cruzaron con otro grupo de chicos que los increpó. La mayoría se conocía entre ellos porque habían sido compañeros cuando Darío había cursaba en la escuela Hipólito Yrigoyen. Todavía no esclarecieron cómo y por qué motivo comenzó el altercado, pero sí que el menor de los Torres terminó con una herida grave en la zona del abdomen. Su hermano recibió un puntazo en la espalda y terminó con cortes en la mano izquierda, en un intento por defenderse. El mismo móvil policial que había ido a clausurar la fiesta se encontró en la avenida Libertador con el grupo de adolescentes que cargaba a Darío. El chico se desangraba.

“De inmediato llamamos a la ambulancia y el menor fue trasladado al Hospital de Niños, donde falleció por un paro cardiorrespiratorio. Aún no están listos los resultados de la autopsia, pero estiman que producto de la pérdida de sangre y una herida cerca del hígado hizo imposible que lo salvaran”, contó a Clarín el subcomisario Gustavo Caño, al frente de la comisaría 13.

A partir del testimonio de Iván, el hermano de Darío, los policías volvieron a la fiesta donde todavía quedaban algunas personas y los aprehendieron en calidad de testigos. Algunos de los chicos dijeron que quienes habían atacado a Torres no estaban en la fiesta y que serían del barrio Meglioli. Allí fue la policía, que se cruzó con un vecino que mencionó haber escuchado a unos chicos jactarse de que habían apuñalado a otro y les indicó la zona donde los había visto. Así la policía detuvo a los tres menores de edad y el arma con la que habrían matado a Dario: un cuchillo de carnicero.

“Darío era un niño sin maldad, muy buen compañero. Fanático del River, del reggaeton y de la música electrónica. No se merecía lo que le pasó. Queremos que se haga justicia”, dijo a Clarín Carla, amiga de la víctima. Los restos de Darío eran velados anoche en su casa, ubicada en Godoy y Baigorria.

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