Como si tratase de una batalla desigual donde el más poderoso elige la manera en la que va a destruir a su oponente, pese a que su contrincante no resulta ser rival que atente contra su imagen o patrimonio, su sola presencia lo enfurece y descarga la ira en el. Con esos argumentos, con alto contenido psicológico, Alberto Rodríguez Saá encontró en el PIE un enemigo que altera y amenaza los laberintos más oscuros de su mente, en el medio miles de Puntanos.
Semanas antes de la elección a gobernador, el propio Rodríguez Saá aseguró que el Plan de Inclusión Educativa iba a continuar, al tiempo que se definió como el padre de la Inclusión en San Luis. Es difícil tratar de entender a una persona que parece disfrutar del daño y regodearse en el sufrimiento ajeno, pero al menos es importante reconocer sus conductas. Un Plan que contenga a 40 mil ciudadanos que no terminaron sus estudios desnuda un modelo que la familia gobernante promociona, es preciso, entonces, aniquilar cualquier intento que permita a un ciudadano ser libre, crecer intelectualmente y progresar, para una mente siniestra eso es una amenaza.
Será por estas cuestiones, casi inentendibles para el mayor número de los habitantes de San Luis, que Alberto Rodríguez Saá necesita imperiosamente acabar con el PIE, es por eso que ya dejó sin trabajo a varias centenas de docentes, las cifras más recientes hablan de 900 personas que se quedaron sin trabajo, y persigue a miles de alumnos que excluye de un futuro, de acuerdo a la última información más 7000 alumnos dejaron el Plan. A esta altura sabemos que El Alberto no va a cambiar, como dicen en el campo "le conocemos las mañas", quizás ya sea tiempo de empezar a cambiar para no volver a repetir un error que nos costó años de atraso y que promete profundizarlo.