La Justicia de San Luis investigó un ataque contra la jueza de Paz de Buena Esperanza, Dalia Rivero, que terminó con dos mujeres imputadas: Melisa Bulacio y su hermana Érica Bulacio. La acusación describió una agresión a golpes, patadas y pedradas, además de daños en el vehículo de la magistrada.
Según la reconstrucción incorporada al expediente, el episodio se produjo cuando Rivero se encontraba junto a su auto y recibió el impacto de piedras. En la causa se mencionó que la jueza sufrió lesiones y debió recibir atención médica, con estudios posteriores para evaluar los golpes.
En la audiencia, el juez de Garantía N° 1 de Villa Mercedes, Alfredo Cuello, aceptó la formulación de cargos por “daños” y “homicidio en grado de tentativa”, pero consideró que la evidencia reunida no alcanzaba para sostener con solidez la intención de matar. Por ese motivo rechazó la prisión preventiva solicitada por los fiscales José Olguín y Marcelo Palacio, y acompañada por el querellante Germán Anabitarte.
Un elemento central del caso fueron publicaciones y audios que circularon en redes sociales y WhatsApp, donde se aludía al ataque con tono de burla. Aun así, el juez evaluó que ese material no terminaba de acreditar, en esta etapa, el “dolo” requerido para sostener la medida de máxima coerción.
Como medida cautelar, Cuello dispuso una prohibición de acercamiento recíproca de 200 metros por cuatro meses y ordenó la liberación de las imputadas, que habían sido alcanzadas por una modalidad de detención domiciliaria. La causa continúa bajo investigación mientras se consolidan pruebas y testimonios.