Rodríguez Saá se reunió por 15 minutos con el Presidente de la Corte, pide que le paguen. Siendo Gobernador se negó por 11 años a pagar la sentencia a Madaf, "fue una burla. Me dijeron tomalo y callate" recuerda el hombre que fue víctima de la policía y la justicia de los Rodríguez Saá.
El caso de Nelson Madaf será uno de los emblemas de la corrupción policial y judicial en sociedad con la desidia del gobierno. En 1989 se realizó una denuncia por la desaparición de una joven llamada Claudia Díaz, automáticamente la policía y la justicia encontraron en el novio de la chica al culpable. Madaf pasó varios años presos y sufrió las peores torturas para confesar un crimen que no cometió, hasta contrajo SIDA en prisión. Nueve años más tarde Díaz apareció con vida, casada y con hijos en San Juan. El calvario de Madaf no terminaba con su inocencia sino que se encontraría con otra vez con la furia del poder reinante en la provincia.
Una vez que la joven apareció el damnificado, Madaf, inició acciones legales al Estado Provincial que tardó 11 años en pagarle una ínfima parte de lo que le correspondía. "Hubo un arreglo extrajudicial, una burla. Me dijeron tomalo y callate", relató en el mes de abril de este año cuando las cámaras del sitio El Chorrillero lo entrevistaron el Hospital San Luis atravesando un delicado estado de salud. "Yo quería que el Gobierno me ayudara y también a mi familia. Mis hermanos estuvieron presos, también la madre de mi sobrino que era enfermera acá en el hospital y perdió el puesto por todo este tema. Alguien tenía que venir a hablar conmigo, y nunca nadie apareció".
Hoy, Alberto Rodríguez Saá tiene la posibilidad de entrevistarse con la máxima autoridad de justicia, lo que está en juego para el Gobernador son los $ 120 millones que cobrará su amigo Carlos Sergnese como abogado por la representación de la provincia en el litigio. El mismo que reclama celeridad en el pago ocultó las torturas a un inocente y lo obligó a conformase con migajas.