Enérgico y decidido, con frases punzantes sobre la Argentina que viene, Macri pidió “que nos alejemos de comportamientos mafiosos y nos sentemos con las manos limpias en una mesa y acordemos”.
El resultado de las elecciones en el país le dio al Presidente el mensaje para profundizar el cambio que pregonó en 2015 y que libra batallas contra organizaciones, personajes y estructuras que buscan preservar los nichos de corrupción que aún los albergan.
Si el resultado positivo de una elección le da a Macri la fortaleza política para encarar la transformación que plantea, más aún los resultados adversos, como el traspié en San Luis, no hacen más que refrendar en la Casa Rosada el camino elegido.
“Es muy importante decir la verdad y cumplir con la ley, que la ley sea la misma para todos y que no haya algunos privilegiados que pueden hacer cualquier cosa", disparó el Presidente en la planta de Volkswagen, donde la compañía anunció inversiones por US$ 650 millones. El pronunciamiento de Macri tuvo destinatarios muy claros y es por eso que en San Luis resonaron de una manera particular.
El pedido de justicia equitativa, “igual para todos” señaló el titular del Ejecutivo nacional, es un tiro directo al corazón de la justicia sanluiseña que mantiene desde hace décadas lazos carnales con los hermanos Rodríguez Saá. En ese sentido, la determinación de ir contra “los privilegiados que pueden hacer cualquier cosa” sacude la estructura de poder de Adolfo y Alberto.
La forma en la que Adolfo logró imponerse el pasado 22 de octubre está claramente en la vereda opuesta a lo que plantea Macri. Violar sistemáticamente la Ley de financiamiento de los Partidos Políticos en las campañas electorales, recibiendo donaciones del Gobierno provincial, utilizando edificios públicos y empleados dependientes de la administración provincial, pasando por alto la veda electoral, amenazando y un sinnúmero de hechos delictivos que fueron denunciados forman parte de lo que el Presidente está dispuesto a combatir.
Los hermanos Rodríguez Saá decidieron quebrantar abiertamente la ley al abrigo de fiscales y jueces amigos para ganar una elección, ese accionar valió la determinación de la máxima autoridad política del país para ponerle un freno a los abusos. Será ahora la justicia local y federal las que deberán estar a la altura de un proceso histórico que no resiste el “camino del atajo” y que exige acciones concretas.
Ponce atado al Kirchnerismo
El desfile de funcionarios Kirchneristas por los tribunales que derivaron en detenciones, como Julio De Vido o Amado Boudou, ambos apoyaron la candidatura a intendente de Ponce, lo ponen al jefe comunal el lugar más incómodo en los días previos a la elección.
En su intento por polarizar la elección con el oficialismo provincial fueron estos, los nuevos aliados de Cristina, que le recordaron a Ponce su nacimiento político de la mano de Alicia Kirchner y “la compañera presidenta Cristina”, como la llamaba Enrique cuando la referente de Unidad Ciudadana era jefa de Estado.