Como no tenían dinero para ir a Disneyland y a su hijo le apetecía mucho, este hombre ideó una montaña rusa sin salir de casa y sin gastar ni un euro. Y la llamó "la montaña rusa de los pobres".
El padre metió a su hijo en una palangana, puso un vídeo de un parque temático y empezó a agitarlo como si estuviera ahí.
Y ya está. El niño, creemos, no está notando demasiado la diferencia. Y el buen padre se ha ahorrado un dineral.
Además, no hay que hacer colas.