En el comando de campaña macrista hubo cumbia, baile, cantos, papel picado y globos para festejar el triunfo de Rodríguez Larreta; "Mauricio presidente, Horacio en la ciudad", el hit para potenciar el proyecto presidencial.
Durante más de media hora sonó cumbia, cada vez más fuerte. De repente, Tan Biónica. Caen globos y papelitos sobre los invitados. El reloj marca las 20:35 y Horacio Rodríguez Larreta , jefe de gabinete porteño y candidato de Pro para suceder a Mauricio Macri como jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires, aparece sobre el escenario. Estallan los aplausos. Otros dirigentes de Pro lo acompañan: su compañero de fórmula, el senador nacional Diego Santilli, la actual vicejefa, María Eugenia Vidal; ministros, otros funcionarios, legisladores.
Rodríguez Larreta convoca a su mujer, Bárbara Diez, "el amor de mi vida", dice, y agradece al "gran equipo de voluntarios y militantes" de Pro. Inmediatamente, el público canta: "Olé, olé, olá, Mauricio presidente, Horacio en la ciudad". Rodríguez Larreta reacciona: hace un "especial agradecimiento" a Mauricio Macri, "el líder del equipo". Dice: "Estamos todos seguros que va a ser el próximo presidente de todos los argentinos". Y así, la celebración por su amplio triunfo en la elección a jefe de gobierno porteño -aunque habrá segunda vuelta porque no alcanzó la mayoría absoluta de los votos- se transforma automáticamente en una plataforma nacional.
El jefe de gabinete porteño repite las frases "trabajo en equipo", "mirar para adelante", "estamos muy orgullosos", "venimos bien". No menciona las palabras ballottage ni segunda ni vuelta, no habla de Martín Lousteau , quien salió segundo y con quien deberá enfrentarse el próximo 19 de julio.
Rodríguez Larreta celebra sobre el escenario. Vidal salta, Santilli agita al público. El ministro de Educación porteño, Esteban Bullrich , revolea una remera amarilla. "Se siente, se siente, Mauricio presidente", cantan. Entre los invitados hay dirigentes políticos, funcionarios porteños, militantes, algunos famosos y personajes como El Mago sin Dientes o el falso papa Francisco.
"Estoy absolutamente convencido de que, por lo que sabe, por lo que conoce la ciudad y por la pasión que compartimos por el hacer, es la persona indicada para continuar la tarea", dice Macri, precandidato presidencial, sobre Larreta, su delfín. El jefe de gobierno porteño, quien el 10 de diciembre dejará el sillón de Parque Patricios después de ocho años de gestión, da un discurso de corte presidencial.
Macri intenta capitalizar la victoria de Rodríguez Larreta. Tampoco menciona la palabra ballottage. Habla de "trabajo en equipo" y dice que "hay mucho por hacer". También pide "llevar esta energía de cambio a la Argentina" y agita: "El cambio es posible". Hay saltos, cantos y baile sobre el escenario. Se suman parejas e hijos. El jefe de gobierno porteño sube a sus hombros a su hija más pequeña, Antonia. Suenan "Noche mágica" de Tan Biónica, "Bailando" de Enrique Iglesias y "No me arrepiento de este amor" de Gilda.
Macri, Rodríguez Larreta, Santilli y Francisco Quintana, primer candidato a legislador, dan una conferencia de prensa. Se suceden las preguntas. Ninguno menciona "ballottage", "segunda vuelta", "Martín Lousteau". Rodríguez Larreta sí habla de Mariano Recalde , el candidato del Frente para la Victoria, quien quedó en tercer lugar. En el cierre de la conferencia, el jefe de gabinete porteño finalmente hace alusión a esa instancia que deberá enfrentar el próximo 19: la segunda vuelta. Dice que a partir de mañana a la mañana va a tocar timbre por timbre y a trabajar para "llevar el cambio a toda la Argentina".
"Quiero pedir de todo corazón que sigamos juntos, que nos sigan acompañando como hasta ahora. Estamos construyendo historia todos juntos", dice. Sabe que su amplia victoria es un espaldarazo a Macri para encarar el último tramo de la campaña hacia las primarias nacionales del 9 de agosto. También sabe que un triunfo en primera vuelta hubiera sido un batacazo. Para que el festejo porteño sea completo ahora tendrá que esperar, por lo menos, dos semanas.