La carta de Manuela al taxista prófugo que la abusó: "Vení a violarme ahora, cagón"

Manuela tiene 20 años. Estudia teatro, ciencias políticas, trabaja y hace tres años vive sola en el barrio de Recoleta. El sábado a la mañana, según denunció, fue violada por el chofer de un taxi que se ofreció a llevarla hasta su casa porque la vio llorando en una parada de colectivos. Un hombre fue detenido como sospechoso, pero ella no lo reconoció y fue liberado. ‘Me muero si no lo encuentran’, dijo la joven".

Ese tramo de la crónica, una entre todas las que escribieron durante esos días en diarios y portales de noticias, detalla lo que sucedió entre el sábado 18 de abril y las horas siguientes a un hecho que causó conmoción en la opinión pública. Desde la denuncia de Manuela, pasando por los primeros pasos de la investigación y hasta llegar al reconocimiento visual de la víctima al ver la foto de su victimario: Tito Franklin Escobar Ayllon.

A partir de ese instante, pedido de captura internacional de Interpol para este ciudadano boliviano de 44 años, acusado de abuso sexual agravado por el acceso carnal. Ahora, a dos meses del hecho, nada. Nada se sabe de él. Pero sí se sabe de ella. "Siempre seremos prófugos: los dos", tituló la carta que publicó en las últimas horas Manuela, en su blog personal.

Cada párrafo congela la sangre, recorre de modo transitivo sensaciones que nadie que no haya pasado por así puede imaginarse. Bronca, enojo, resignación, pena, lástima…

¿A dónde MIERDA te metiste, si vos sos la mierda?, decime, decime que tanto más vivo que la justicia podes ser, si yo te ví. YO TE VÍ CUANDO TE IBAS, COBARDE, TENÍAS MÁS MIEDO QUE YO, ME ACABABAS DE VIOLAR.

Te vi, hijo de puto, te vi. Te mire a los ojos y me bajaste la mirada porque sos un CAGÓN.

Te vi también cuando estabas encima mío penetrandome con tu respiración de poco hombre, asquerosa, aberrante. Hijo de la mierda, sorete inmundo, vení, hacete cargo del LUJO que te diste tocando a una mujer. Porque no te merecés tocar ni una rata, porque las contaminás con tus manos de triste tipo, porque les das risa con tu cara de pobre pelotudo.

La primera parte de la carta está dedicada puntualmente al prófugo, con toda clase de adjetivos y una descarga constante de bronca. En las dos publicaciones previas, los textos estuvieron más dirigidos al relato de lo que sufrió esa madrugada de sábado y, luego, al destrato al que se ven sometidas tantas mujeres. La furia contra Tito Franklin Escobar Ayllon sigue.

Sos un asco TITO FRANKLIN ESCOBAR AYLLON, sos un CAGÓN, vení, aparecé, hacete cargo, VENIME A BUSCAR AHORA QUE ESTOY DESPIERTA HIJO DE UN CERDO, VENI, VENI ASQUEROSO CAGÓN, VENÍ A QUERER VIOLARME AHORA, VENÍ A AMENAZARME AHORA, VENÍ MACHITO CAGÓN, VENÍ, VENÍ CON TUS GANAS DE COGERME CONTRA MI VOLUNTAD QUE TE ESTOY ESPERANDO PARA MOSTRARTE LO QUE HUBIESE PASADO SI NO ME HUBIERAS DORMIDO PARA VIOLARME, TE VOY A DEMOSTRAR TODO LO QUE TE PUEDO HACER YO SIN NI SIQUIERA TOCARTE, PORQUE YO SI SOY BIEN MUJER, NO COMO VOS, QUE NO SOLAMENTE SOS POCO HOMBRE, SOS POCO HUMANO. VENI AHORA HIJO DE MIL PUTO, VENI Y TOCAME CON LA MENTE Y VAS A VER COMO SIN SIQUIERA SER VIOLENTA PASAS EL PEOR INFIERNO DE TU VIDA.

VOLVÉ SI SOS TAN COPADO, GATO INMUNDO, FORRO, SOS UNA LACRA, UNA ESCORIA, UN IDIOTA, UN TARADO, DÉBIL MENTAL, CAGÓN, COBARDE, BAH, TODOS ESOS APODOS QUE SEGURO TE DECÍAN DE CHIQUITO, VENÍ, APARECETE AHORA Y ANIMATE A DECIRME A MI QUE FUE UNA RELACIÓN CONSENTIDA, COMO LE DIJISTE A LA IMBECIL DE TU MUJER. DALE, ANIMATE.

El descargo de Manuela no terminó ahí, para nada. Las líneas finales del escrito están apuntadas directamente contra juez en lo Criminal de Instrucción 2 porteño, Manuel Gorostiaga, por no haber detenido al acusado a pesar de la cantidad de datos que la víctima le dio. Y así lo relata.

Pero no, ja, imposible. Los cagones pertenecen a la mierda. Y vuelvo a mirar el relojito de la PC y dice 18. Sí. Dos meses. Asique ahora va mi descargo al otro tipo que me esta haciendo sufrir como una parturienta:

Sr. Lord Manuel Gorostiaga, su señoría, su alteza, su majestad, mi señor, como a Ud. más le guste, no sea cosa que se me vaya a ofender… ¿que piensa de sí mismo Ud?. ¿Cómo se llama a sí mismo cuando se mira en el espejo?, ¿Señoría?, ¿Juez ejemplo?, ¿cómo se dice en el idioma jueciano que dejaste escapar a un violador?, ¿cómo le dicen a Ud en tribunales?, ¿estará estigmatizado por no haber hecho bien su trabajo, como yo estoy estigmatizada por haber sido violada?.

Dígame Sr. Gorostiaga, ¿todavía se acuerda de la promesa que me hizo mirándome a los ojos?, ¿diciéndome que Ud. convivía con mujeres y que era padre?, ¿se acuerda que me dijo dos minutos antes de demostrarme que NO había leído mi declaración?, ¿se acuerda como lo miré cuando llegué a la Alcaldía y vi que ninguno de sus 4 hombres era mi agresor?, ¿se acordará en algún momento del día cómo me puse a llorar porque me había mentido en la cara?.

Yo no me puedo olvidar ni un segundo, que Ud. es el responsable de que mi violador este suelto.

Mi caso era tan fácil de resolver Sr. Gorostiaga, y Ud. lo complicó tanto… mire que sencillo que era:

a) Actuaba de oficio y pedía a Premium todos los datos de choferes que manejaran autos parecidos a la Surán, a la Meriva o a un Gol Country (aunque, perdón, mala mía, aclaré que no sabía de autos, y era al final una Chevrolet Spin). Le decía a la gente de Premium que solo se fijara en aquellos autos que sus patentes contuvieran la N y la Z y que tuvieran un 11. Pedía porfavor a su gente que una vez allanados los autos, se tuviera en cuenta el masajeador de madera que le aclaré en mi declaración que tenía.

b) Miraba las fotos de los choferes. Alguno que coincidiera con mi descripción y que tuviera el acento que le especifiqué en mi declaración.

c) Me llevaba a una VERDADERA rueda de reconocimiento.

d) Yo lo reconocía.

Manuela insiste en este reclamo de Justicia desde los primeros días posteriores a su recuperación. Habló por algunos medios y expresó su angustia, su convicción de no volver a vivir en paz hasta no ver al sospechoso tras las rejas. El final de la carta no deja dudas y reabre la herida de esta historia, que parece lejana, pero apenas ocurrió hace dos meses y no hay detenidos, pero sí un prófugo.

Les mando un beso desde mi infierno a todos… y una caricia congelada a este tipo que mientras esta prófugo me convierte a mí en prófuga, porque me estoy escondiendo todavía de la mierda que me espera cuando asome la cabeza y vea que la Justicia es una MIERDA y que tengo que volver a encarar una vida después de haber sido violada.

Ja, GARCAS, GARCAS, GARCAS.

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