Leandro Sarli, el hombre acusado de matar a golpes a su hijastro de cinco años en el barrio porteño de Flores, se negó hoy a declarar en indagatoria ante la jueza de instrucción Silvia Ramond y el fiscal Sandro Abraldes, quien lo acusó del delito de homicidio agravado por alevosía y ensañamiento.
Fuentes judiciales informaron que Sarli dijo que "teme por su vida porque los presos lo amenazan". En caso de ser hallado culpable en un juicio, al acusado podría caberle la pena de prisión perpetua.
La hermana de la víctima contó en Cámara Gesell la golpiza que le dio Sarli a su hermano, que le causó múltiples heridas, entre ellas "desgarro hepático, hemoperitoneo, hemorragia perirrenal y hematoma subdural", que desembocaron en su muerte.
Según pudo establecer la agencia DyN, el origen de la ira del sospechoso contra el chico se disparó porque el niño se había colocado sus pantalones al revés. Ese hecho, nimio e insignificante, desató la furia del imputado, quien castigó por última vez al niño (la autopsia halló heridas anteriores a las que le causaron la muerte).
La hermana de la víctima, de 8 años, recordó que cuando se produjo la golpiza estaba aterrada y sólo atinó a irse a su cama y taparse con las sábanas hasta la cabeza, porque no podía soportar el horror que estaba presenciando.