El hallazgo de diez barriles con 250 kilos de efedrina en un depósito fiscal del aeropuerto de Ezeiza hizo estallar la interna entre Patricia Bullrich y Juan José Gómez Centurión, a quien la ministra acusa de haber ocultado la información sobre la existencia de ese precursor químico, mientras que el desplazado titular de la Aduana sostiene que fue él quien entregó la información para encontrarlos.
Aunque la funcionaria dijo que no tiene "ninguna interna" con Gómez Centurión, sembró sospechas fuertes sobre el ex militar. "Sabía esto desde mayo, pero no lo denunció penalmente", lanzó Bullrich, quien agregó que "es importante hablarle a la gente con la verdad porque si no el Gobierno pierde credibilidad".
"Esto no es algo que sucedió el día de ayer, esto es algo que la PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) ya sabía y lo puso en conocimiento a la Aduana", dijo Patricia en diálogo con radio La Red. "Si esto merecía o no merecía una denuncia penal, eso lo saben ellos (por la Aduana)", subrayó la ministra, que insistió en que "esto está desde el mes de mayo y ya estaba para destruir, lo que quiere decir que la misma Aduana había decidido destruirlo".
"Es importante plantear las cosas como son: la PSA colaboró para realizar un descubrimiento, decírselo a la Aduana y la Aduana después llevó un procedimiento adelante. Entonces me parece que no se puede ignorar todo esto y decir que esto es algo que nadie lo sabía. Que es un descubrimiento", continuó la ministra, bastante enojada.
"Si hay un procedimiento que se llevó adelante y hay un funcionario que no conoce que el procedimiento se hizo, no me parece que se pueda desentender que ya hay un camino hecho. Si no es el camino correcto, y tendrían que haber hecho la denuncia penal, no lo sé, pero la Aduana sabía. Nosotros tenemos que ser serios", recalcó Bullrich.
La funcionaria salió así al cruce de la versión que daba cuenta que Gómez Centurión fue quién aportó a la Justicia Federal el dato sobre la existencia de los tanques con efedrina en Ezeiza. Aparentemente, el desplazado titular de la Aduana aportó la información al juez Luis Rodríguez, que reemplaza a la jueza María Servini de Cubría en la causa del tráfico de efedrina. Rodríguez ordenó luego el operativo a la Policía Metropolitana.
La información que señala que Gómez Centurión aportó el dato para este operativo la dio a conocer, mediante un parte de prensa, el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad. En su versión, durante su paso por la Aduana no había podido avanzar sobre ese depósito porque le dijeron que estaba judicializado.
En cambio, la ministra dice que agentes de la PSA le habían pasado la información al director de la fuerza, Alejandro Itzcovich, quien a su vez le pasó el dato al titular de la Aduana de Ezeiza, Gustavo Curatolo, ya que al depósito en cuestión no puede acceder personal de la PSA ni de ninguna otra fuerza. Sin embargo, fuentes judiciales dijeron a la agencia NA que "en la Justicia nadie sabe nada sobre información que haya dado la PSA en este caso".
La ministra insistió en que "lo que hay que reprocharle" a Gómez Centurión "es que si hay un proceso administrativo que ya estaba en la Aduana desde mayo y que llevó a que la propia Aduana publicase que esto se iba a destruir, no se puede decir que no estaba en conocimiento de Aduana".
La interna entre Bullrich y Gómez Centurión empezó cuando la ministra lo denunció por maniobras de contrabando en base a información anónima y escuchas telefónicas presuntamente ilegales. Macri desplazó al ex militar y este empezó a mandar sutiles mensajes para Patricia, advirtiendo que era víctima de una operación de la mafia de la efedrina.
El problema para Bullrich es que parte importante de la cúpula de Cambiemos (María Eugenia Vidal y Ernesto Sanz) se quejó ante Macri por el desplazamiento de Gómez Centurión y otra parte lo respaldó fuertemente en público, como Elisa Carrió y Federico Pinedo. La ministra quedó muy golpeada y en los últimos días es cada vez más fuerte el rumor en el Gobierno de que Macri reincorporará al ex funcionario.
La aparición de los tanques con efedrina y la embestida de Bullrich pueden hacer cambiar de opinión al Presidente.