Agustín Izquierdo y su padre emprendieron un viaje único en motocicleta por África, sin experiencia previa en moto, con la meta de descubrirse a sí mismos y cuestionar sus prejuicios. La travesía duró 11 meses y acumuló cerca de 50 000 kilómetros.
Durante el recorrido, Izquierdo usó 500 figuritas de Lionel Messi como una forma simbólica de “pasaporte” para entablar conexiones en pueblos africanos, encontrando hospitalidad y miradas que lo desafiaron.
El choque cultural fue más profundo de lo que esperaba: lo que él creía conocer sobre África quedó atrás frente a la generosidad, los gestos cotidianos y la transformación personal que el viaje provocó.
Con cada parada, Izquierdo recalca que no era tanto la ruta como el cambio interno lo que importaba: el viaje le devolvió una nueva mirada sobre su origen, su entorno y sobre la vida.
Esta experiencia propone una reflexión sobre los límites que uno se impone y la riqueza que tiene romperlos, en un contexto lejos del confort habitual.