El pontífice argentino, de 88 años, sorprendió a los fieles al presentarse inesperadamente en la Plaza de San Pedro al término de la misa del Domingo de Ramos, marcando una significativa aparición pública al inicio de la Semana Santa.
El pontífice, convaleciente de una grave afección respiratoria, se presentó en silla de ruedas pero sin las cánulas nasales de oxígeno que había utilizado en ocasiones anteriores durante su recuperación.
“Buen Domingo de Ramos, buena Semana Santa”
Durante su breve recorrido entre los fieles, Francisco se detuvo para intercambiar palabras con un grupo de religiosas que le transmitieron mensajes de ánimo. También dedicó momentos de cercanía con varios niños, mostrando gestos de complicidad mientras se escuchaban vítores de apoyo entre los asistentes.
La misa fue presidida por el cardenal argentino Leonardo Sandri, quien leyó la homilía del papa. En su mensaje, Francisco exhortó a los fieles a “tender la mano al que ya no puede más” y a convertirse en “cireneos los unos para los otros”, en referencia a Simón de Cirene, quien ayudó a Jesús a cargar la cruz.
“La pasión de Jesús se vuelve compasión cuando tendemos la mano al que ya no puede más, cuando levantamos al que está caído, cuando abrazamos al que está desconsolado”