Escrachadora escrachada: Mintió descaradamente, no trabajaba y la mandó Rodríguez Saá a una opereta mediática

El perfil de Camila Dautorio, la mujer que le mintió en la cara al Gobernador. Se supo que es la amante de un intendente, que la contrataron en tiempo exprés después de que Rodríguez Saá perdió las elecciones y que se negaba a trabajar. Fue desvinculada y encabezó un escrache que se le volvió en contra a las pocas horas.

A los gritos, montando una escena de desesperación burda y mal actuada, así comenzó el  célebre y triste paso mediático de Dautorio, la amante del albertista Ricardo Olivera Aguirre, intendente de El Trapiche. La mujer fue desvinculada luego de que las autoridades del Hospital Ramón Carrillo constataran “retrasos significativos en la cara de prácticas”, tarea que debía realizar Dautorio, además de “errores reiterados en la carga de datos generando reclamos frecuentes por parte de los compañeros” y “dependencia constante del resto del equipo que debía corregir y completar su trabajo diario afectando la dinámica y la productividad general”. A raíz del desenvolvimiento que exhibía se le asignó otra función.

“Los problemas persistieron mostrando nuevamente bajo desempeño y falta de adaptación a las responsabilidades asignadas”, informó la jefa de Facturación. Para darle una “nueva oportunidad” fue derivada al Área Farmacia para cumplir la función de carga de medicamentos.

Como si fuera poco, el informe laboral da cuenta de "ausencia frecuentes en su lugar de trabajo permaneciendo fuera de su puesto de manera prolongada especialmente durante el horario de ingreso. Permanencia en el buffet, oficinas y recorrido constante por los pasillos", no "alcanza menos del 10% del rendimiento promedio del equipo”.

Un vídeo de las cámaras de seguridad del nosocomio muestra la forma en la que mujer se retiraba de las instalaciones, no existe el "hostigamiento" que denunció ante el Gobernador.

Los antecedentes laborales de Dautorio marcaron su futuro y el escrache organizado desde las oficinas de Rodríguez Saá cayó por su propio peso. De escrachadora a escrachada.

 

DEJA TU COMENTARIO