Fin del Ciclo K: Se bajó Fernández y Rodríguez Saá administra un poder deshilachado

No hay vuelta atrás, un nuevo tiempo comienza. El Kirchnerismo está en retirada, Alberto Fernández enfrenta la peor crisis desde que asumió y se bajó de la reelección, Alberto Rodríguez Saá transita sus últimos meses y el poder que supo tener se deshilacha.

Fue la esperada noticia política del día, un Presidente sumamente débil y sin salida enfrentó lo que finalmente todos sabían, una declinación a su candidatura.

La decisión de Alberto Fernández marca la premura con la que los nuevos tiempos aceleran un proceso de descomposición dentro del Kirchnerismo, personajes vetustos, alejados de la realidad y con profunda convicción internista pagan el costo de mirar para otro lado cuando la sociedad reclama mínimas condiciones de vida. La caída del Presidente mancha la imagen de su mentora, Cristina eligió a quien a duras penas podrá llegar a entregar la banda presidencial el próximo 10 de diciembre, un costo muy alto para la Vicepresidenta.

En San Luis, las condiciones son similares. Alberto Rodríguez Saá asumió en 2015 con un plan claro y sistemático que ejecutó a la perfección. Vació el gabinete de figuras  de peso que pudieran administrar los recursos de la provincia, multiplicó la pobreza con el sólo afán de ganar una elección cada dos años, nada más importó que beneficiar a un minúsculo grupo de amigos comandados por su hijo en detrimento de la mayoría, la misma mayoría que se encamina a darle la espalda y pasar una de las páginas más oscuras de la historia sanluiseña.

El Kirchnerismo está en retirada, busca nombres que puedan sostener el timón en una tormenta perfecta que ellos mismos generaron, por incapacidad, malicia o corrupción. En la Nación la suerte del partido gobernante está echada, en la Provincia de San Luis también.

Alberto Rodríguez Saá, al igual que sus socios nacionales, emprendió el camino del olvido, ese que se pierde en la oscuridad y del que no hay retorno.

Los acontecimientos recientes así lo reflejan, debió modificar a las apuradas la ley electoral para introducir el sistema de votación a través de lemas con el afán de incluir la mayor cantidad de sectores que sumen para una sucesión traída de los pelos, finalmente logró unir a toda la oposición en solo espacio. Hecho que no registra antecedentes en las últimas décadas.

La Justica Federal lo mira y actúa, en las últimas horas desbarató un entramado de fraude para incluir a más de 400 votantes de otras provincias y asegurarse un caudal que puede ser decisivo en una elección ajustada. El Gobernador se encargó de deshilachar el traje del poder que siempre supo usar a beneficio de sus apetencias, hoy sólo son harapos de otras épocas. No hay vuelta atrás, un nuevo tiempo comienza.

DEJA TU COMENTARIO