"En el Hospital Ramón Carrillo me cobran la orden, los análisis y no tienen para hacerme estudios del corazón, me mandan a la Clínica Italia donde tengo que pagar $ 10.200″.
Se viralizó un audio de una beneficiaria del Plan de Inclusión en el que asegura tener una serie de patologías que la obligan a concurrir de manera frecuente al nuevo hospital: "Tengo escoliosis deformativa, artrosis, diabetes, problemas en el corazón, me tienen que poner una prótesis en la columna. En el Hospital Carrillo me cobran todo, análisis, la consulta, como no tienen para hacerme los estudios cardiológicos me mandan a la Clínica Italia donde me cobran $ 4200 y $8000 para la prueba de esfuerzo en la bicicleta", dice la mujer en un relato dramático y contundente de la situación del edificio inaugurado recientemente.
La situación se repite entre las personas que tienen una obra social ya que el Ramón Carrillo se maneja como un sanatorio o clínica privada donde arancela todas y cada una de las prestaciones y pese a ser el edificio más caro de la historia del país no cuentan con algunas especialidades y realiza derivaciones.