Siempre con números desalentadores respecto a las elecciones generales de noviembre, Cacace, Rocha y compañía se vieron beneficiados por el acuerdo con Rodríguez Saá que le permitió acumular un puñado de votos para imponerse en la interna de la UCR.
No es una jugada nueva, comenzó hace un año cuando Alejandro Cacace cerró un acuerdo con el Gobernador, quedándose con la presidencia del Concejo Deliberante a cambio de evitar el juicio político de Sergio Tamayo. Es así que Suárez Ortíz se transformó en el mandamás del cuerpo legislativo durante este 2021 y Tamayo pudo llevar adelante el negociado con EDESAL.
Cuando el fragor eleccionario ganó notoriedad y las necesidades de ambos espacios volvieron a cruzarse, el extraviado Alejandro Cacace recurrió a Rodríguez Saá e intentaron desmantelar a la oposición. A la luz de los hechos sólo les sirvió para ganar la interna radical, hacer trampa a la lista de "Pipo" Rossi y Celeste Aparicio y llevarse una interna que de nada sirve para las generales de noviembre toda vez que ahora Cacace y compañía son apuntados como los mariscales del papelón histórico al que sometieron a su partido, más aún cuando en la interna se valieron de los votos de la estructura del oficialismo provincial.
Esto último quedó en claro cuando se abrieron las urnas, las boletas de las Primarias Abiertas y Simultáneas – PAS – fueron mayores en número que las de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias – PASO -, es decir, concurrieron votantes "desesperados" por sufragar a favor de Claudia Rocha, la misma dirigente que integra la nómina de vacunados VIP. Los electores de las PAS en la UCR pertenecen al aparato de Rodríguez Saá, ni siquiera con esa maniobra pudieron. Quedó en claro que las primarias a medida del Gobernador resultan una verdadera trampa para el resto de los partidos no alineados al régimen.