Disminuido en sus movimientos, con letargo y falta de locuacidad reapareció el Gobernador Rodríguez Saá después de propiciar un vendaval de rumores sobre su paradero y situación de salud. Finalmente aclaró que sigue recluido en su mansión de El Durazno y que es negativo de Coronavirus.
Entre las frases más destacadas de su intermitente reporte el longevo mandatario expuso su preferencia por la salud pública y habló de "amor" hacia el sistema. Lo que pareció ser una declaración sentida se vio opacada por la realidad, cruel e irreversible a la hora de juzgar las palabras y los actos de las personas.
Fue el propio Rodríguez Saá quien en reiteradas oportunidades escapó de su tan amada salud pública para engañarla con las bondades que ofrece la salud de Capital Federal en los centros más exclusivos, allí donde están esos "insoportables Porteños" a los que tanto critica.
El último acto de desprecio y desamor a la salud pública fue ejecutado por la "Gobernadora", así llama Rodríguez Saá a la Jefa de Gabinete Natalia Zabala Chacur, quien permaneció internada en Córdoba para resolver un problema de salud.
No hay amor, es simplemente una declaración pública que esconde espanto y desprecio al trabajo de los gladiadores que ofrecen sus vidas en las mas adversas condiciones impuestas desde el poder gobernante con una administración que prioriza gastos reservados, extravagancias y otras yerbas.