El accionar de Alfredo Domínguez tuvo repercusión nacional, no sólo porque se aumentó el sueldo de un plumazo y benefició a funcionarios y legisladores, incrementó 1.200 % los impuestos sino que además favoreció a los dueños de las wiskerías, rubro que está prohibido por ley.
En medio del debate por el megaproyecto de ley de Emergencia nacional, la sociedad tuvo una fuerte respuesta. Mientras los diputados y senadores discutían el freno temporal a la movilidad previsional, se descubrió que las jubilaciones de privilegio iban a quedar exentas y eso enfureció a la ciudadanía. Los políticos sintieron el cimbronazo y comenzó una ola de austeridad forzada: en muchos distritos, eligieron congelarse los sueldos para demostrarles a sus votantes que el ajuste empezaba por casa.
Pero en una localidad puntana hicieron oídos sordos al reclamo popular. Y hasta se animaron a retrucar: en Justo Daract, 130 kilómetros al este de la ciudad de San Luis, los políticos hicieron el camino inverso. Se aumentaron el sueldo el intendente y los concejales; incrementaron las tasas entre un 600% 1000%, porque, según la ordenanza, el cuadro tarifario “se encontraba totalmente desfasado”. Sin embargo, votaron una extraña excepción: redujeron impuestos para las whiskerías, contó Carlos Claá en la Revista Noticias..