Una investigación ha sugerido que diez fenómenos de retroalimentanción provocarán un efecto dominó a partir del aumento de las temperaturas provocado por el hombre.
Un estudio que se acaba de publicar en Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS) ha concluido que, incluso si se cumplieran los compromisos de los acuerdos de París, de limitar el calentamiento hasta los 2º C de ascenso, el clima corre el riesgo de llegar a un punto de no retorno al que han llamado estado de «Tierra invernadero». La existencia de fenómenos de retroalimentación conducirían a un aumento de la temperatura global que sería de 4 a 5ºC, lo que iría acompañado a una subida del nivel del mar de 10 a 60 metros. En consecuencia, el planeta vería reducida su capacidad de cobijar al humano, hasta una población de solo 1.000 millones de habitantes.
«Las emisiones humanas de gases de efecto invernadero no son el único condicionante de la temperatura de la Tierra», ha dicho en un comunicado Will Steffen, primer autor del estudio e investigador en la Universidad Nacional Australiana. «Nuestro estudio sugiere que un aumento de temperaturas de 2ºC inducido por el hombre podría disparar otros procesos, por medio de un fenómeno de retroalimentación positiva, que llevarían a un calentamiento más grave, incluso si dejamos de emitir gases de efecto invernadero».
Esto implica que, por primera vez, unos investigadores han alertado de que el umbral de 2ºC acordado en París es un punto de no retorno, tal como ha dicho Martin Siegert, investigador en el Imperial College (Reino Unido) no implicado en este estudio.
¿Por qué podría ocurrir algo así? ¿No debería ser el calentamiento proporcional a la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera? No, porque el calentamiento activa procesos naturales que aumenten por su cuenta las temperaturas.
Retroalimentación positiva
¿Por qué? Por ejemplo, un esquiador puede caminar por la ladera de una montaña nevada y provocar pequeños desprendimientos de nieve a medida que lo hace. Pero si llega un momento en que desprende un bloque de hielo más grande, puede crear una pequeña bola de nieve que caerá por la ladera. Poco a poco, esta crecerá un poco más, sin que importe ya lo que haga el esquiador. Al cabo de unos momentos, la bola podrá haber generado una auténtica avalancha.
Del mismo modo, puede ocurrir que el calentamiento de las temperaturas reduzca la cobertura de hielo en el Ártico. Pero, a medida que esto pasa, y sale a la luz la tierra bajo el hielo, resulta que disminuye el albedo del continente, es decir, que se debilita la acción de espejo del hielo blanco. Esto puede aumentar el efecto «calentador» de la radiación solar y acelerar el deshielo. Lo cual, a su vez, disminuye el albedo cada vez más rápidamente, y acelera más y más el calentamiento.
Fallos en la maquinaria planetaria
En esta ocasión, los autores han repasado diez procesos naturales de retroalimentación positiva capaces de disparar la subida de las temperaturas a partir de cierto umbral: La fusión del permafrost, la pérdida de clatratos de metano en el suelo oceánico, el debilitamiento de los sumideros de carbono terrestres y océanicos, el aumento de la actividad respiratoria de las bacterias oceánicas, la disminución de precipitaciones en el Amazonas, la reducción de la cobertura de nieve en el hemisferio norte, la pérdida del hielo de verano en el Ártico, o la reducción de las cortezas heladas en el Ártico y en el Antártico.
«En nuestro estudio, señalamos elementos de la maquinaria planetaria que, una vez pasado cierto nivel de presión, podrían cambiar uno a uno de una forma fundamental, muy rápida y quizás irreversible», ha dicho Joachim Schellnhuber, uno de los coautores. «Esta cascada de eventos podría llevar al sistema planetario a un modo completamente nuevo de funcionar».
Uno en el que la capacidad de carga del planeta, la cantidad total de humanos a la que puede alimentar, caiga hasta una población de 1.000 millones de habitantes.
¿Cómo impedirlo? «Evitar este escenario requiere redirigir la acción del ser humano de la explotación del planeta hacia la gestión del sistema Tierra», ha sentenciado Steffen. Según él, es urgente acelerar la transición hacia una economía libre de emisiones. Aparte de eso, han propuesto potenciar otros procesos, como la captura de CO2 en bosques, suelos y cultivos, a través de nuevas estrategias de gestión, conservar la biodiversidad y recurrir a nuevas tecnologías para bombear gases de efecto invernadero al subsuelo.
Sin embargo, los propios investigadores han señalado cuál es el punto débil de su propuesta. Todas sus medidas, han dicho, requieren que se produzcan cambios sociales.
«El clima y otros cambios globales que están ocurriendo nos muestran que los humanos tenemos la capacidad de afectar al sistema Tierra de forma global», ha dicho Katherine Richardson, coautora e investigadora en la Universidad de Copenhague (Dinamarca). «Esto significa que nosotros, como comunidad global, podemos decidir cuál es nuestra relación con el sistema Tierra para influir en las condiciones que tendrá el planeta en el futuro. Este estudio identifica algunas de las herramientas que podemos usar para lograrlo».
Para llegar a estas conclusiones, los autores han repasado investigaciones que han estudiado este tipo de fenómenos de retroalimentación positiva en el clima terrestre. Además, han extrapolado las conclusiones de reconstrucciones que se han hecho del clima pasado partiendo del registro geológico.
En la actualidad, las temperaturas globales medias solo son un grado mayores a las de la época pre-industrial y, por término medio, ascienden unos 0,17 ºC por década. Pero, de acuerdo con los sostenido por estos autores, la probabilidad de que haya efectos de retroalimentación positiva aumentan año a año.
«Estos procesos pueden ser como una fila de fichas de dominó», ha dicho Johan Rockström, coautor del estudio e investigador en el Instituto de Investigación del Impacto del Clima en Potsdam, Alemania. «Será difícil o imposible detener toda la hilera y evitar que se caiga. Habrá lugares de la Tierra que se harán inhabitables si el escenario de "Tierra invernadero" se hace realidad».