Luego de seis meses de debate judicial, la Justicia se expidió sobre el caso que conmocionó a Santiago del Estero y declaró culpable a un hombre por abusar sexualmente de su hijastra durante más de 20 años. Producto de esas violaciones nacieron 10 chicos.
Se trata de Héctor Virgilio Villalba, de 59 años, a quien desde que trascendió el hecho los medios apodaron "El monstruo de Concháyoj".
El caso salió a la luz en el 2013, cuando la mujer llegó hasta Tribunales a pedir ayuda. Allí se comenzó a develar el infierno que se había originado cuando ella tenía apenas 11 años y que se prolongó por al menos dos décadas.
En su denuncia, la víctima relató que los abusos se iniciaron cuando quedó al cuidado de Villalba, tras la decisión de su madre de abandonar la casa en la que vivían en el paraje Concháyoj, población rural del departamento Sarmiento, ubicada a 120 kilómetros al sur de la capital santiagueña.
Por entonces, su padrastro la llevaba al monte, donde él trabajaba de hachero. En ese momento comenzaron las vejaciones.
"Me llevaba al obraje para que lo ayude y le cocine, y ahí comenzó a violarme, me agredía a latigazos si me negaba y todos mis hijos nacieron en el rancho y él los anotaba y les daba su nombre", precisó.
Por los reiterados vejámenes, ella quedó embarazada en diez ocasiones: "A los 14 tuve a mi primer hijo", reveló, e indicó que el último lo tuvo en 2004. En el relato, confesó además que dos de ellos fallecieron y por orden de Villalba los enterró "en el fondo de la casa".
A la denunciante, cuya identidad se mantiene en reserva por razones legales, se le presentó la oportunidad de escapar del calvario cuando llevó a uno de sus hijos enfermo al hospital. Ante los médicos, se quebró y confesó los abusos de los que era víctima casi desde que tenía memoria.
Villalba llegó a juicio procesado por los delitos de "abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por la condición de guardador". Durante la ronda de alegatos, la fiscal Aída Farrán Serlé había pedido 16 años de cárcel para el acusado. El mismo requerimiento efectuaron los abogados querellantes, José Elías y Gonzalo Rafael.
"Me has arruinado la vida, he sido tu esclava sexual", expresó la mujer en el último careo, antes de que en la audiencia definitoria el acusado recibiera la sentencia dictada por los magistrados Élida Suárez de Bravo, María Eugenia Carabajal y Alfredo Pérez Gallardo en los Tribunales de Santiago del Estero.